La Venezuela de los dos países celebró ayer el golpe de estado que hizo famoso a Hugo Chávez el 4-F y que dejó para la Historia la frase que pronunció para rendirse: «Por ahora… Vendrán nuevas situaciones, el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un camino mejor». Veintidós años después de la asonada y transcurridos 15 del triunfo electoral del segundo libertador, el camino de la revolución aparece hoy en su cuesta arriba más pronunciada. Y salpicado de obstáculos y precipicios. elmundo.es / Daniel Lozano
Tanto es así que el Gobierno de Nicolás Maduro reaccionó a la situación de emergencia que sufre la venta de alimentos y productos básicos, imponiendo el Estado Mayor de Abastecimiento, liderado por el vicepresidente Jorge Arreaza y por varios de los ministros militares que conforman el gabinete. «La ofensiva económica no se detiene», señaló el yerno de Chávez a modo de presentación del nuevo ente, que se suma a los 32 Ministerios y los 111 Viceministerios, decretados en la última reforma del Gobierno hace un par de semanas.
Maduro también aprovechó la coyuntura para hacer público el sorprendente cese de José Khan, ministro de Comercio durante sólo 19 días. Le reemplazó Dante Rivas, que acababa de ser nombrado presidente de la Fundación Poliedro de Caracas, cargo que sólo ocupó durante seis días. Medidas gubernamentales a la desesperada que no convencen a los troyanos y tampoco a algunos tirios. «Si el Gobierno no ataca estos tres problemas muy puntuales, muy cotidianos del quehacer del venezolano, esto es, seguridad alimentaria, seguridad personal e inflación, los días de este autoproclamado hijo de Chávez están contados. Y están contados porque el pueblo está a puntico de caramelo de salir a la calle a reclamar sus derechos», vaticinó Eliecer Alvarado.
Lo sorprendente de tamaña afirmación es quién la firma, un articulista de la web radical Aporrea, incondicional del chavismo, quien ayer coincidía con Rocío San Miguel, directora de Control Ciudadana y crítica con la revolución: «Está claro para el país y para el mundo. Las condiciones políticas, económicas y militares son peores que las del 4-F del 92». Un repaso a la prensa de la época del golpe confirma ciertos paralelismos con aquellos tiempos: «Café, pan, aceite y papel higiénico desaparecieron. Grave problema de escasez».
Para leer la nota completa pulse Aquí