El consorcio encargado de la ampliación del Canal de Panamá suspendió este miércoles las obras, anunció el administrador de la vía, Jorge Quijano, al confirmar la ruptura de las negociaciones con el grupo encabezado por la española Sacyr.
“GUPC (Grupo Unidos por el Canal) en estos momentos ya ha suspendido los trabajos. Ellos nos pusieron una amenaza encima de la mesa y hoy (miércoles) la ejecutaron”, declaró Quijano, según AFP.
Más temprano
Las partes en el conflicto financiero que afecta el tramo final de la ampliación del Canal de Panamá siguieron sin encontrar un acuerdo el martes al cumplirse un nuevo plazo para llegar a ese objetivo.
“Sin acuerdo hasta el momento”, respondió a The Associated Press una alta fuente del gobierno que sigue de cerca las negociaciones pero que pidió guardar el anonimato debido a lo delicado del asunto.
Entrevistada por teléfono la noche del martes, la fuente dijo que las autoridades del Canal de Panamá tenían previsto reunirse con sus abogados el miércoles para analizar los pasos a seguir, aunque no descartó que las conversaciones prosigan.
El consorcio Grupo Unidos por el Canal, a cargo de la ampliación, dijo en un comunicado que sigue buscando una solución negociada.
“Durante este período ha habido constante interacción y diferentes propuestas día a día”, señaló. “El consorcio ha mostrado su compromiso a un proceso de diálogo para llegar a un acuerdo que permita la conclusión del proyecto de manera eficiente”.
No hubo pronunciamientos de parte de la Autoridad del Canal, el organismo autónomo que lo opera, ni de la aseguradora Zurich American, que también ha tomado parte en las negociaciones en las últimas semanas.
Las partes habían acordado el viernes extender por tercera vez los diálogos hasta el 4 de febrero en un esfuerzo por resolver el conflicto, el cual comenzó al despuntar el 2014 y mantiene paralizados los trabajos de la ampliación en un alto porcentaje.
El consorcio, liderado por la empresa española Sacyr y a cargo de la construcción del nuevo carril de esclusas —el principal componente de la ampliación_, asegura que tiene problemas de liquidez y exige a las autoridades del canal que se le reconozcan sobrecostos por 1.600 millones de dólares para culminar los trabajos. La agrupación de empresas, que incluye a la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña Cusa, se adjudicó la licitación del proyecto a mediados del 2009 por 3.118 millones de dólares.
Las partes aún no han podido acordar la fórmula financiera para inyectarle dinero a los trabajos, que llevan un adelanto de 65%, según la Autoridad del Canal.
La ampliación, a un costo total de 5.250 millones de dólares, busca duplicar la capacidad operativa del canal de 99 años de antigüedad y por donde se estima pasa el 6% del comercio marítimo mundial. El conflicto inquieta a Panamá y a las empresas navieras ante la posibilidad de que la megaobra pueda sufrir mayores retrasos.
El proyecto, que ya arrastra un atraso de nueve meses, debe estar listo para mediados del 2015.
Las autoridades del Canal han dicho que, de no llegarse a un acuerdo, no vacilarán en retomar lo que resta del plan. AP