Arqueólogos descubrieron un edificio de unos 2.200 años antes de Cristo, enclavado en un parque arqueológico y ecológico de la capital ecuatoriana, a los pies del volcán Pichincha, informaron a Efe fuentes del lugar del hallazgo.
“Es el espacio arqueológico, en Rumipamba y en la ciudad de Quito, más antiguo”, dijo a Efe Bernarda Icaza, coordinadora del parque, al apuntar que aún no se ha descrito la cultura que vivió en la zona durante el período Formativo, que es al que pertenece la edificación.
Icaza consideró que el hallazgo tiene una importancia histórica “enorme”, pues se ha descubierto una datación mucho mayor que “abre las puertas a nuevas investigaciones en el ámbito arqueológico, histórico y patrimonial”.
La excavación comenzó hace dos años de la mano del arqueólogo Ángelo Constantine. Tras cavar más de tres metros se encontraron con el pequeño piso de vivienda de forma semi-cuadrada.
Danny Villacís, guía del parque y quien trabajó en la excavación, indicó a Efe que se hizo análisis de restos de carbón del lugar y se encontró evidencias de heces y orina de seres humanos.
También se hallaron partes de huesos de humanos y animales que pertenecían a otro período y que presumen llegaron al sitio tras erupciones del volcán Pichincha.
Precisamente, junto al edificio se encontraron también los vestigios de un lahar del volcán. “Lo que termina con este pueblo, según el arqueólogo investigador, es la erupción del Guagua Pichincha y después termina de sellar esto las erupciones del Pululahua”, dijo.
Entre los restos encontrados en el edificio están una estructura de barro cocido cuadrangular elaborada con mortero o chocoto, en cuyo interior se evidencias pajas quemadas.
Otros hallazgos en el parque Rumipamba -que comprende 36 hectáreas de bosque ecológico- han ocurrido a algo más de un metro de profundidad y son semi-circulares, pero para encontrar esta edificación tuvieron que cavar más de tres metros.
El edificio más antiguo hasta ahora descubierto está situado a unos cincuenta metros de otro de un período posterior en el que han encontrado tumbas, esqueletos y vasijas, entre otros.
Según Villacís, en el parque Rumipamba, desde donde se divisa gran parte de Quito y está cerca a un concurrido complejo médico, aún hay plantas que utilizaban los habitantes del edificio, aunque los expertos dicen que ahora son más pequeñas, y mencionó entre ellas la chilca, el hiso, o árboles como el de tocte.
Villacís destaca la importancia del hallazgo al señalar que esto demuestra que “prácticamente estamos en pañales” en temas históricos y “falta muchísimo por investigar”, pues gran parte de gente se refiere como antepasados a los incas cuando “miles de años” antes ya había pueblos, dijo.
EFE