Gustavo Coronel: Un llamado a la insurgencia ciudadana

Gustavo Coronel: Un llamado a la insurgencia ciudadana

Acelerar la salida del régimen politico que nos azota desde hace 15 años es inaplazable. La via es la insurgencia ciudadana, debido a tres razones:

Una, El país está comenzando a marchar, con o sin líderes

El grupo de luchadores por la democracia y la libertad en Venezuela suma millones de personas y creo necesario que su liderazgo trate de medir su clima actitudinal. Por bastante tiempo ese clima fué de apoyo mayoritario a una estrategia electoral, a pesar de los resquemores que existían/existen en la mayoría de nosotros sobre la falta de transparencia de estos eventos. Se lograron progresos pero  es necesario aceptar que hoy no estamos más cerca del cambio de régimen por esta vía de lo que estábamos hace tres o más años. Mientras tanto, el país continua en una loca carrera hacia el caos. El clima actitudinal de la población ha cambiado. Es imperativo escuchar lo que nos está diciendo el país. No es posible esperar más. Y no querer esperar más no debe considerado como un atentado contra la paz y la estabilidad. Ni hay paz en la sumisión ni estabilidad en las satrapías. Escuchemos al país. No se trata de una pugna entre líderes. Mas aún, si los líderes no se ponen de acuerdo en torno a una estrategia efectiva, sucederá lo que ha sucedido en otros países: surgirán espontáneamente nuevos líderes que representen adecuadamente el modo del país.

No existe, en mi criterio,  una fragmentación de la causa opositora. La gran masa ciudadana parece estar intuitivamente de acuerdo en lo que hay que hacer. Son los líderes quienes deben medir correctamente el modo espiritual del país. No hay tiempo que perder o el liderazgo será rebasado por los eventos.

Dos, la magnitud del desastre material y espiritual venezolano justifica la acción inmediata para sacar al régimen del poder

Habrá todavia quienes duden de la inmensa magnitud del desastre causado por el regimen castro-chavista? De memoria les puedo citar los siguientes componentes de la inmensa pérdida venezolana debido a las acciones de este régimen:

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estos rubros, al incluirse la deuda externa, suman alrededor de $550.000 millones, una inmensa masa de dinero perdida por corrupción y/o ineptitud. Las pérdidas son mucho mayores porque no se incluyen los robos en los demás sectores de la administración pública, en las aduanas, en los programas militares tipo Bolívar 2000, en los bancos del Estado, en el sector agrícola y tantos otros rincones del sector público.

El desastre espiritual venezolano es aun mayor y está representado por la prostitución masiva de nuestras instituciones, embajadas, fuerzas armadas y  pueblo en general, convertido a punta de dádivas en seres dependientes de un estado hamponil que les ha exigido a  cambio lealtad política.

Como se puede ver, existen razones mas que poderosas para ir a una rebelión ciudadana abierta, haciendo uso de todas las vías constitucionales y de justicia ciudadana para hacerlo. Es el momento de la  insurgencia civil en defensa de una nación amenazada por la ruina. Ya ella se dió en Abril 2002 y terminó brevemente con la satrapía. Y hoy Maduro está mucho más maduro para salir que Chávez en 2002.

Tres, A la luz de la trágica situación actual  no debe haber co-existencia alguna con el régimen

Anteayer la prensa nos hablaba de la suspensión de actividades de General Motors y de Toyota. Ya sabíamos que las líneas aéreas internacionales han reducido sus actividades al mínimo. Hoy amanece  Venezuela con  el  mayor riesgo-país del mundo, obligada a pagar los intereses del orden del 14% para cualquier préstamo internacional, dado su escasa confiabilidad financiera.

Esto es intolerable!  El cúmulo de abusos, de tragedias y desaciertos del régimen no permiten ningun acercamiento que nos haga co-partícipes del desastre. Dialogar con el régimen hamponil no es solo estrategicamente errado sino moralmente inaceptable. Es la hora de la rebelión ciudadana, es la hora del basta ya.

En conclusión, pienso que hay ocasiones en la historia de una nación en las cuales el líder debe comprende lo que le está diciendo el país. Esta es, claramente,  una de ellas.  Cuando el país comienza a marchar, solo hay dos alternativas: marchar o apartarse.

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