El capitán y las “cosas raras”
El nuevo capitán del Ejército Diosdado Cabello, presidente del Parlamento, con motivo de la lucha contra el contrabando, les dijo, entre otras cosas, a los militares en el estado Zulia: “quien ande con cosas raras aún tiene tiempo de arrepentirse”. En primer lugar, como parlamentario no le corresponde la reorganización de la Guarnición militar zuliana para el combate al contrabando. Profesionalmente es a la Guardia Nacional a quien le corresponde la lucha militar contra el contrabando. El problema del contrabando es esencialmente un problema del área económica, no militar. Tampoco en el Ejército saben nada de contrabando y no tienen porque saberlo, el Ejército no es para perseguir contrabandistas. Pero en cualquier caso, el Ejército venezolano sería para combatir a los guerrilleros de las FARC y el ELN en toda la frontera de Venezuela con Colombia.
Las “cosas raras” de los militares
“Cosa rara” es que, el Alto Mando Militar en vez de defender la soberanía nacional, tolera la intervención de militares cubanos en la propia FANB; eso sí es una “cosa rarísima”, por decir lo menos.
“Cosa rara” es que a los militares venezolanos los pongan en los mercados populares, a inspeccionar comercios, y a perseguir malandros; el Ejército es para la guerra. Ahora resulta que a los militares venezolanos uno los ve atapuzados en todas partes. Y en todas partes están “poniendo la torta”.
“Cosa rara”, aunque después de quince años de gobierno ya no es tan rara, es ver a los militares venezolanos desplazando a los civiles, ocupando posiciones, que no le corresponden, en la administración pública. Pero más “cosa rara” es que después que los militares se enchufan en la burocracia se resisten y niegan a regresar a sus respectivas Fuerzas, le cogen el gustico a las posiciones de los civiles.
“Cosa rara”, es que el artículo 328 de la Constitución les prohíbe a los militares la militancia política y sin embargo los ponen a realizar actividades de campaña electoral del PSUV.
“Cosa rara” es imponerle a las FANB una serie de misiones y doctrinas extrañas violatorias de la Constitución. Es decir, “cosa rara” debería ser entre los militares venezolanos el proceso de desprofesionalización a la cual ha sido sometida la institución armada. Nunca como ahora los militares venezolanos habían tenido un proceso tan intenso de adoctrinamiento ideológico y el capitán Cabello pretende que los militares no se planteen ciertas cosas, lamentablemente no tan raras, de la reciente historia política venezolana; lo cual demuestra que el capitán Cabello fue un pésimo discípulo de Chávez; sabrá de otras cosas, como transporte, negocios, comunicaciones, etc., pero no historia de Venezuela.
En la situación del país, no sólo los militares, todos los venezolanos hemos pensado en “cosas raras”. Ni que fuéramos unos retardados mentales e indiferentes a la superación de la crisis que un sector de militares pretorianos castristas, junto con la comparsita de sus civiles alabarderos, ha hundido a Venezuela en medio de los más grandes ingresos petroleros que jamás haya tenido la República.
Los militares arrepentidos
Dijo el capitán Cabello: “…aún tienen tiempo para arrepentirse”; pero según la valoración de varios arrepentidos de esa “cosa rara” que fue el 4 de febrero, contra un Presidente Constitucional, hoy las condiciones del país son peores que en 1992.
El fin de las “cosas raras” en Venezuela
Así que, con o sin militares, pero seguramente con ellos también; el desenlace final de esta “cosa rara” del “socialismo militar bolivariano del siglo XXI” en Venezuela, está cada vez más cerca.
@CastilloHernan