Las mamografías anuales realizadas de forma preventiva a mujeres de 40 a 59 años no reducen la mortalidad por cáncer de pecho más de lo que lo hacen las exploraciones físicas o el cuidado habitual, indica un estudio publicado hoy en el “British Medical Journal” (BMJ).
Esta investigación, llevada a cabo por un equipo del Estudio Nacional de Mamografías de Canadá en un periodo de 25 años, reveló además que un 22 % de los cánceres detectados por mamografía eran en realidad inofensivos y no hubieran provocado síntomas o la muerte de las pacientes.
Una de cada 424 mujeres que se sometieron a mamografías para este estudio fue víctima de un sobrediagnóstico, según las conclusiones de los científicos.
En muchos países se realizan mamografías anuales de prevención a mujeres de diferentes edades para reducir la mortalidad por cáncer de pecho.
Aunque las mujeres con pequeños cánceres no palpables detectados por mamografía tienen mejores expectativas de supervivencia que las mujeres con cánceres palpables, los científicos apuntan que no está claro que esta diferencia se explique por esos controles mamográficos rutinarios y periódicos.
Por este motivo, los investigadores de Canadá se propusieron hacer un estudio a largo plazo que permitiera ver la incidencia del cáncer y el índice de mortalidad entre 89.000 mujeres de entre 40 y 59 años, a un grupo de las cuales se realizó mamografías durante un periodo de cinco años.
Así, un grupo de estas mujeres tuvo cinco mamografías -una cada año durante un periodo de cinco- mientras que el otro grupo no tuvo ninguna.
Las mujeres entre 40 y 49 años sometidas a mamografías y el total de mujeres de 50 a 59 años en ambos grupos de análisis recibieron además chequeos físicos de los pechos.
En el periodo de 25 años, 3.250 mujeres en el grupo de las mamografías y 3.133 en el otro fueron diagnosticadas con cáncer de mama y 500 y 505, respectivamente, murieron de la enfermedad.
“Por lo tanto, la mortalidad acumulada por cáncer de pecho fue similar en las mujeres del grupo de mamografías y en las del grupo de control”, afirman los autores del estudio.
Al final del periodo de cinco años en que se efectuaron las mamografías, se detectaron varias diagnosis excesivas de cáncer, lo que llevó a los científicos a concluir que “un 22 % de los cánceres invasivos detectados en el grupo de mamografías era sobrediagnosis”, es decir, un sobrediagnóstico por cada 424 mujeres radiografiadas.
Los expertos subrayan que estos resultados pueden no ser extrapolables a todos los países, pero recomiendan a los Gobiernos que revisen sus programas de mamografías anuales dentro de sus estrategias nacionales para combatir el cáncer de mama.
En su opinión, aunque la educación, el diagnóstico temprano y un excelente cuidado clínico deben continuar, “las mamografías anuales no contribuyen a reducir la mortalidad de las mujeres entre 40 y 59 años” más que los exámenes físicos. EFE