Bajar de peso, reducir la grasa abdominal y limitar los alimentos procesados y otras fuentes de fósforo dietético podría ayudar a reducir el riesgo de enfermedad renal, según un estudio reciente de la Universidad Johns Hopkins. Informe21
El fósforo se añade a muchos alimentos procesados para aumentar su sabor y alargar su periodo de consumo. Hay niveles altos de fósforo de forma natural en las proteínas animales, lácteas y vegetales, comentó el líder del estudio, el Dr. Alex Chang, de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore.
Exceso de proteínas en la orina
El estudio de casi 500 personas con sobrepeso u obesidad, que se habían inscrito a un programa para un estilo de vida saludable, halló que reducir la cintura y el consumo de fósforo dietético se asoció con niveles más bajos de proteína en la orina (albuminuria), que es una señal temprana de enfermedad renal.
Después de seis meses, las cinturas de los participantes se redujeron un promedio de 4.3 centímetros (1.7 pulgadas) y experimentaron una reducción del 25% de la proteína en la orina. Los investigadores también hallaron que una reducción de 314 miligramos en la excreción del fósforo resultó en una disminución del 11% en la proteína de la orina.
Otros estudios han sugerido que perder peso puede ralentizar la progresión de las enfermedades renales, pero este es el primer estudio de investigación que respalda la pérdida de grasa abdominal y la limitación del consumo de fósforo como un modo posible de prevención de que aparezcan en primer lugar, comentó el doctor Joseph Vassalotti, director médico de la National Kidney Foundation.