Podrán pasar años y Oswaldo José Torres, uno de los detenidos en la manifestación en El Trigal, en Valencia, estado Carabobo, nunca olvidará como esa noche efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) arremetieron en contra de él y su amigo Eduardo Añez. “Nosotros nos rendimos y nos tiramos en el piso. Comenzaron a darnos patadas y golpearnos con la escopeta. Estábamos acostados y nos arrojaron una bomba lacrimógena. Después nos pasaron la moto por encima”.
Heberlizeth González C./El Carabobeño
Durante el día, ambos estuvieron en sus trabajos y por la noche acudieron al distribuidor El Trigal a participar en una vigilia que se llevaría a cabo en ese lugar. Mientras caminaban, fueron abordados por los guardias.
Su amigo Eduardo también fue golpeado con empuñaduras de escopetas. Tuvo cuatro heridas abiertas en la cabeza. “Eduardo botaba mucha sangre. Cuando llegamos al comando del Desur los guardias llamaron a un perro, Kim es su nombre, y lamía la sangre de todos”, contó.
El trato infrahumano que fueron víctimas los once jóvenes, Oswaldo la compara al trato que posiblemente reciben los delincuentes. Mientras estuvieron detenidos tuvieron que compartir con varios aprehendidos por otros delitos, incluso detenidos por homicidio. Nunca hubo un altercado. Al contrario, los jóvenes hasta compartieron la comida.
Oswaldo recordó que cuando eran llevados a la sede del Cicpc para realizarles una reseña, la mayoría que iban en el convoy eran mujeres, quienes también le pegaban con el casco y el rolo. Él recibió dos perdigonazos que no salieron, uno en la región intercostal y otra en la pierna.
Oswaldo José Torres, también tiene arresto domiciliario y agradeció el apoyo del abogado Luis Armando Betancourt, del Foro Penal Venezolano y la abogado Jenny Gutiérrez, quienes llevan el caso en defensa de los jóvenes. Además pidió protección para ellos, por presuntas amenazas de muerte.
No hubo chequeo médico
Juan Manuel Carrasco y Andrés Rincón, ambos detenidos, fueron trasladados la mañana del martes a la medicatura forense a fin de realizarles un chequeo médico, según una orden de la fiscal, pero no fueron atendidos por el patólogo.
Diego Rodríguez Acuña, director de Medicina Forense, contravino la orden diciendo que no los van a reevaluar porque ya les hicieron una evaluación, manifestó la mamá de Andrés, Ana Mercedes Lamas.
“Saben que sí hay lesiones y van a encontrar otra cosa y no quieren perjudicar la decisión del otro médico que no los chequeó”, dijo Lamas. Exigen que hagan el estudio a los muchachos y que cumplan con su trabajo.