Un investigador en la Universidad Tecnológica de Virginia (EE.UU.) ha desarrollado un sistema de clasificación y nombramiento de los organismos sobre la base de su genoma, que podría reemplazar la taxonomía de Carlos Linneo, según un artículo difundido por la revista Public Library of Science (PLoS).
Boris Vinatzer, profesor del Colegio de Agricultura y Ciencias de la Vida de esa universidad en Blacksburg (Virginia), indica en su artículo que ya es tiempo de ir más allá del sistema elaborado por el botánico sueco Linneo en el siglo XVIII, pasando a una clasificación universal que los científicos puedan usar para comunicarse.
Durante más de 200 años, los científicos de todo el mundo han empleado la taxonomía de Linneo, que clasifica la naturaleza en tres reinos -animal, vegetal, mineral- y divide los organismos vivos en géneros y estos en especies.
“La tecnología que describe el genoma ha progresado inmensamente en años recientes y ahora nos permite distinguir entre cualquier bacteria, planta o animal a un costo muy bajo”, señaló Vinatzer.
“La limitación mayor del sistema de Linneo es la ausencia de un método para nombrar con precisión los organismos cuyo genoma se ha descrito”, agregó.
El investigador no propone modificar la convención de clasificación biológica existente, sino que el nuevo sistema de asignación de nombres añada información para clasificar los organismos dentro de especies nombradas, e identifique más rápidamente los nuevos.
Un sistema de nombramiento sobre la base del genoma podría ayudar a las autoridades de salud pública en una era de vigilancia constante contra las amenazas biológicas, y Vinatzer menciona en su artículo las cepas de carbunco enviadas por correo a fin de 2001.
Los investigadores demoraron meses para identificar esas cepas ya que existen más de 1.200 variedades de las esporas (Bacillus anthracis) y cada una posee un nombre arbitrario asignado por los investigadores y que en nada ayuda a informar sobre las similitudes genéticas.
Dentro del sistema desarrollado por Vinatzer, el nombre de cada cepa de carbunco contendría la información acerca de su similitud con otras cepas.
El sistema, además, daría a los investigadores la capacidad de nombrar nuevos patógenos en pocos días -no meses o años- sobre la base de sus semejanzas con patógenos conocidos.
Una de las ventajas del método de Vinatzer es que los nombres asignados podrían ser permanentes, en lugar de los nombres cambiantes que son típicos en el sistema actual de clasificaciones biológicas.
Además, la secuencia genómica podría asignarse a virus, bacterias, hongos, plantas y animales creando un sistema de nombramiento estandarizado para todas las formas de vida en la Tierra. EFE