Pensar en Geraldine Moreno me trae a la cabeza la imagen de una blanca, blanca mujer del odio: la diputada Blanca Eckhout, vicepresidenta, nada más y nada menos, de la Asamblea Nacional.
Ella, como muchas otras voceras del movimiento de los resentidos del siglo 21, afirmaron ayer, en la marcha de las mujeres, que la revolución “visibilizó” a la mujer, que la sacó del olvido. No vale la pena detallar las miserias de su discurso, solo observar las contradicciones de su mentira.
Y en tal sentido, por supuesto que esta gente visibilizó a las mujeres. Tan es así, que la imagen de nuestra jóven Geraldine recorrió el mundo. Y para colmo de la marcha de las “blancas” del odio, ayer, tristemente, nos enteramos de su muerte.
Tan visible es el odio que movieron estos personajes esta semana, que varias de las personas murieron por tiros en la cabeza. No se fueron por las ramas. No dispararon a las piernas. No buscaron disuadir. Simplemente fueron al grano: al que me adverse lo mato (ver el famoso tuit de Ameliach).
Nuestra semana que termina hoy domingo, ha sido una prueba más de que la sociedad resiste en la calle al modelo de los Castro: la sociedad pisada por unos pocos. Es una prueba más de que no queremos financiar la opresión del hermano pueblo cubano, que con el petróleo venezolano sigue pisado por dictadores ancianos, y para colmo del mundo, con la bendición cómplice de unos cuantos presidentes dizque demócratas y hermanos.
Los cubanos castristas que tenemos dirigiendo la represión saben de la materia. Pero además intuyen, que la caída de la Revolución de los Cangrejos, es el preludio de la muerte de ellos.
Por eso, la represión va acompañada de negociaciones de las migas que hay sobre la MESA. Ayer vimos una muy grande concentración de ciudadanos que no quieren ir para atrás como los cangrejos. Lo triste fue ver a unos personeros de la MUD, jugando el papel de anestesiólogos, intentando sedar una vez más,el espíritu rebelde que sin permiso de ellos ha tomado las calles.
Leopoldo no puede quedar solo. No puede convertirse en Simonovis II. María Corina no puede ser abandonada por la gente, porque ella está en la mira de las “blancas del odio”.
Toca respirar profundo, y seguir el camino iniciado con las protestas pacíficas, exigiendo libertad de los presos de conciencia, de los presos políticos, y la desaparición de ese APARTHEID mudado de Sudáfrica a Venezuela.
Y para ello, hoy más que nunca la exigencia de los estudiantes: relegitimación de todos los poderes públicos (con un nuevo sistema electoral), y reconciliación nacional con los asesinos en manos de una Justicia Ciega.
Y en honor a los caídos en todos estos años, que el próximo domingo se celebren cientos de misas, en las avenidas y plazas Bolívar de Venezuela.
http://gainzaedmat.blogspot.com/2014/02/las-blancas-del-resentimiento.html