El papa Francisco pidió hoy a los fieles que reaccionen para no acostumbrarse a convivir con los males de la tierra, como la miseria o la pobreza, durante la audiencia general celebrada en la Plaza de San Pedro.
Francisco recordó en su catequesis que desde hoy, Miércoles de Ceniza, se entra en la Cuaresma, el periodo que precede a la Semana Santa, e instó a los fieles a que en este tiempo “recobren la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal” y se conviertan “al amor del prójimo.”
“No hay que acostumbrarse a las situaciones de degradación, de miseria que encontramos por las calles de nuestras ciudades, de nuestros países, a la violencia, a los hermanos y hermanas que duermen por la calle y que no tienen un techo dónde cobijarse, a los inmigrantes en busca de dignidad…”, agregó.
El papa explicó que este periodo de Cuaresma puede servir para “la conversión” de la que todas las personas necesitan “para cambiar a mejor”, y añadió: “Salgamos de esta cansada y perezosa costumbre al mal que nos rodea”.
“Son comportamientos no cristianos y cómodos, que narcotizan el corazón. La cuaresma es un tiempo para recobrar la capacidad de reaccionar ante la realidad del mal, para la renovación personal y comunitaria que nos acerca a Dios, para mirar con ojos nuevos a los hermanos y a los necesitados. Es un tiempo propicio para convertirnos al amor del prójimo”, exclamó.
El papa también lamentó la sociedad en la que “nadie echa en falta a Dios” y en la que “los padres no enseñan a sus hijos a hacer la señal de la cruz”.
El papa Francisco se trasladará esta tarde el barrio romano del Aventino para presidir los ritos del Miércoles de Ceniza, como es tradición.
Allí presidirá la tradicional procesión desde la basílica de San Anselmo hasta la cercana de Santa Sabina, donde impondrá a los cardenales las cenizas y las recibirá. EFE