Solidaridad, algunos silencios y pocas críticas ha recibido el presidente venezolano, Nicolás Maduro, de sus colegas de América Latina, tras un mes de violentas manifestaciones en su país que han dejado 18 muertos.
“La región se ha guarecido en el ‘ropaje democrático’ del presidente Maduro, en que fue electo democráticamente en las urnas. Es la posición de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y el Mercosur”, estimó Alberto Pfeifer, profesor de la Universidad de Sao Paulo y especialista en América Latina.
Pero “puede verse que el Mercosur [que Venezuela integra con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay] fue mucho más enfático en el apoyo a Maduro que la Unasur [que agrupa a todos los países suramericanos], donde algunos han cuestionado más la respuesta del gobierno a las protestas”, dijo Pfeifer a la AFP.
– Solidaridad o silencio –
Ecuador, Bolivia, Cuba y otros países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), creada por el expresidente venezolano Hugo Chávez en 2004, así como Argentina, son los más férreos aliados de Caracas, donde el presidente cubano, Raúl Castro, y el boliviano, Evo Morales, participaron este miércoles de la ceremonia que conmemoró el primer aniversario de la muerte de Chávez.
“Salvo alguna excepción, las opiniones gubernamentales latinoamericanas frente a las manifestaciones de la oposición venezolana se caracterizaron por la solidaridad con el presidente Maduro o por el silencio. Muy pocas voces críticas se erigieron tímidamente en defensa de los derechos humanos y la libertad de opinión. Entre ellas las de Juan Manuel Santos (Colombia), Sebastián Piñera (Chile) y Ricardo Martinelli (Panamá)”, evaluó Carlos Malamud, catedrático de Historia de América de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España.
Algunos países como Argentina o los del ALBA sostienen “que no se puede dejar caer al gobierno electo de Venezuela” porque así corren “el riesgo de que se les aplique la misma medicina”, dijo Malamud a la AFP.
Piñera, quien durante su mandato mantuvo una relación cordial con Caracas, exigió respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales en Venezuela a semanas de traspasar el poder a la socialista Michelle Bachelet, quien hasta ahora no se ha pronunciado.
El presidente colombiano llamó por su lado a la calma y al diálogo en Venezuela, lo cual fue calificado de intromisión por Caracas, que acusó al expresidente Alvaro Uribe de alentar las protestas.
Panamá también irritó a Venezuela al reclamar una reunión de cancilleres de la OEA para buscar soluciones a la crisis, lo que llevó a Caracas a romper las relaciones bilaterales.
Brasil, el gigante sudamericano, se ha limitado a remitirse a la posición del Mercosur. Con una tradición de no injerencia, Brasil “resistirá al máximo criticar la situación, a no ser que la escalada de la violencia torne imposible la omisión”, dijo Pfeifer.
México emitió un comunicado condenando la violencia, “pero sin señalar a los responsables”, evitando “una dinámica de conflicto con Venezuela que le resulta innecesaria” cuando busca mejorar la relación con todos sus vecinos, dijo a la AFP Alfonso Zárate, presidente del Grupo Consultor Interdisciplinario mexicano.
– Una discusión sin EEUU –
Venezuela envió la semana pasada a su canciller, Elías Jauja, a países suramericanos para confirmar apoyos y convocar una reunión extraordinaria de la Unasur para debatir el asunto fuera de la influencia de Estados Unidos, que sí integra la OEA.
Algunos países intentan convocar esa reunión en Chile, un día después de la investidura de Bachelet el próximo martes, según el diario Folha de Sao Paulo.
La región ha separado en los últimos años sus posiciones de Estados Unidos. En febrero, Barack Obama condenó la “inaceptable” violencia durante las manifestaciones en Venezuela y llamó al gobierno a liberar a los detenidos.
Tras un encuentro con su par colombiana, María Angela Holguín, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo este miércoles que su país estudia “con Colombia y otros países” alternativas para una mediación en Venezuela.
Mostrándose mucho más vocal que sus sucesores, un grupo de expresidentes latinoamericanos ha emitido un duro comunicado que denuncia la “represión desproporcionada por parte de la fuerza pública” en Venezuela y la “criminalización” de la protesta y la oposición.
Los expresidentes Oscar Arias (Costa Rica), Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Ricardo Lagos (Chile) y Alejandro Toledo (Perú) exigen asimismo el “cese inmediato de la persecución contra los estudiantes y los líderes de oposición, incluida la liberación del señor Leopoldo López y de todos los detenidos o perseguidos por razones políticas”.
AFP