La mujer ha venido ganando espacio en la sociedad gracias a su talento. Por mucho tiempo fueron apartadas de las tomas de decisiones y de cargos de envergaduras, pero su gallardía y su toque sutil para realizar las cosas les han permitido ordenarle la vida a los hombres, ser gerentes, cuidar, orientar y educar a los hijos, llenar de vida al planeta y por sobre todo darle el verdadero valor a la palabra amor.
Ya pasaron los tiempos de Pedro Paramo ese don Juan que fue de pueblo en pueblo, jugando con la mujer y abandonándola después de embarazada, esta actitud machista en un tiempo fue una desventaja para la mujer, pero en la actualidad ha convertido en una virtud.
Los científicos sociales ha estas aguerridas mujeres les dieron el termino de matricentrismo, que no es otra cosa que una mujer sola a cargo de sus hijos, este término es muy conocido en Latinoamérica ya que existen muchos Pedro Paramo que le huyen a la responsabilidad que representa una familia.
Ya me lo decía una bella dama, la mujer nació para ser princesa a los quince y reina para toda la vida, si los hombres tomaran más en cuenta esta frase, se haría más fácil la convivencia, hubiesen matrimonios y familias más estables, no existieran tantos niños huérfanos o en la calle convirtiéndose en un potencial delincuente.
Ya muchas mujeres en el mundo demostraron su grandeza en diferentes épocas, la madre Teresa de Calcuta, Eva Perón, Manuelita Sáenz, Sor Juana Inés de la cruz, Teresa Carreño, Juana de Arco, Madame Curie, la princesa Diana de Gales entre otras, son las que más han reivindicado al género femenino.
Dios derrame mil bendiciones sobre la mujer venezolana, no cabe duda que la historia se encargo de darle la posición que se merecen, en estos momentos debemos impulsar políticas públicas que favorezcan el desempeño de la mujer y defiendan todos sus derechos, para más nunca dejarlas atrás o subestimar su capacidad.
Feliz día de la mujer, nacieron para ser amadas, respetadas y valoradas, hacer lo contrario sería un delito contra el mejor regalo que Dios le dio al hombre