Los planes de ayuda internacional para sacar de la crisis a Ucrania, al borde de la quiebra, siguen proliferando pero muchos ucranianos temen no beneficiarse de ellos y ya empiezan por precaución a apretarse el cinturón. AFP/ Por Sim Sim WISSGOTT
En Kiev, en el día internacional de la mujer, los puestos callejeros estaban repletos de flores, bombones o pasteles, pero los clientes solían pasar de largo.
“La gente reduce sus compras, se ha vuelto ahorrativa”, asegura Sonia, de 59 años, que vende a la salida de la estación de metro Petrivka botes de miel y velas con cera de abeja.
Para Nikolai, de 23 años, originario de Crimea, “todo el mundo intenta ahorrar por si la situación se agrava”, especialmente en su península ucraniana natal, controlada por fuerzas prorrusas.
Irina y Serguei Lutai, una pareja de jubilados, cuentan haber retirado sus ahorros de su cuenta bancaria en enero, incluso antes de que fuera destituido el presidente prorruso Viktor Yanukovich.
“Tememos que la situación empeore, por eso queremos que nuestro dinero esté a salvo” explica Irina.
En plena crisis política, y con crecientes tensiones en torno a la situación de Crimea, Ucrania se enfrenta además a una muy elevada deuda y un gran déficit presupuestario.
Para evitar una quiebra del país, la Unión Europea y Estados Unidos se han comprometido a ayudar financieramente al país con varios miles de millones de dólares.
Una misión de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) está en Ucrania desde el martes para evaluar el estado de la economía ucraniana y fijar las bases de un futuro programa de ayuda al país. Kiev considera que necesita unos 25.000 millones de euros para los dos próximos años.
Pero lo ucranianos entrevistados por la AFP en la calle se declaran reticentes ante cualquier acuerdo, y se quejan del alza de los precios, todo ello en un contexto de caída de la moneda nacional, la hryvnia.
– ‘Los políticos van a robar el dinero’ –
“Esta ayuda no va a llegar a los ucranianos”, asegura Serguei Lutai, y su esposa recuerda que “tarde o temprano Ucrania tendrá que devolver ese dinero a la Unión Europea”.
“Antes de que la situación empeorara, Ucrania ya tenía muchas deudas. Ahora, seguirán creciendo”, prosigue Irina.
“La gente normal no verá el color de ese dinero propuesto por la UE y otras instituciones. Muchos temen que los políticos lo roben” opina Nikolai, haciendo suya una idea extendida en el país: los políticos ucranianos son corruptos, incluso los del nuevo gobierno.
Sin embargo, para las pequeñas y medianas empresas, la ayuda internacional representa la única esperanza para el renacimiento de la economía ucraniana, así como la exigencia al gobierno de Kiev de llevar a cabo reformas esenciales, explica por su lado Oleksandra Selina, directora ejecutiva de una empresa de importación de aceite de motor.
“Ucrania necesita ayuda” afirma Selina. “Únicamente si recibimos la ayuda exterior, del FMI, de los países europeos, de Estados Unidos, veremos algunos cambios… Sin esta ayuda, no podremos sobrevivir”, afirma.
Entretanto, una amenaza pende sobre el país: el gigante público ruso Gazprom amenazó el viernes a Ucrania con interrumpir sus exportaciones de gas debido a una deuda no pagada de 1.890 millones de dólares, una situación que ya se produjo en el año 2009.