Jose Vicente Carrasquero: ¿Cuál golpe?

Jose Vicente Carrasquero: ¿Cuál golpe?

La clase política en el poder está enfrentado un estallido social para el cual no estaba preparado, a pesar de las claras señales que se venían observando durante los meses anteriores. Problema de índole social como la criminalidad, ha reducido de una manera inaceptable la calidad de vida del venezolano común. Miles de personas mueren en manos del hampa desbordada mientras otras miles resultan heridas.

Los problemas económicos le reventaron en la cara al equipo más inepto que ha tenido el país en el manejo de las finanzas. Es tal la torpeza, que la caída del poder adquisitivo del común de los venezolanos deriva en un empobrecimiento preocupante que está afectando sin distinción a todos los estratos sociales. La escasez al alcanzado unos niveles sin precedentes. Esto mantiene al pueblo persiguiendo productos de primera necesidad a lo largo y ancho del país.

Amplios sectores de la población deben sufrir la incapacidad del gobierno en materia de salud. Los enfermos de cáncer languidecen esperando que alguien se apiade de su lamentablemente condición. Se ha hecho difícil conseguir medicinas y las personas con enfermedades crónicas quedan a merced del deterioro que el padecimiento induce cuando no es debidamente tratado.

A esto se le suma la desfachatez con la que la clase política en el poder niega tener responsabilidad alguna en todo este drama. Se inventan guerras económicas, dan excusas inaceptables, culpan al propio pueblo de sus padecimientos. Todo pretenden resolverlo desde los medios de comunicación a través del uso miedo como mecanismo de apaciguamiento de los venezolanos que pierden la paciencia. Y el barril a US$100.

Y tanto va el cántaro al agua hasta que revienta. El gobierno pretende hacerse el desentendido con el estallido social que estamos viviendo todos los venezolanos. El descontento es omnipresente. En mercados de todo tipo se oye al venezolano de cualquier estrato social quejarse de la pobre condición a la cual ha sido reducido.

El estallido social se convierte en protesta masiva. Las calles de importantes ciudades del país se ven inundadas por estudiantes y venezolanos que se niegan a seguir sufriendo los embates de unas políticas comunistas con desastrosos efectos, ya no solo en la calidad de vida sino en la percepción de que inevitablemente se va a estar peor.

Ante la incapacidad de responder con soluciones y políticas alternativas a los reclamos de la gente, el gobierno recurre a la más brutal represión que se recuerde en la historia contemporánea de Venezuela. Da la impresión de que la clase política sabía que esto venía. El gorilato se ha desatado con un poder de castigo impresionante. Se ve que el rubro represión tuvo más prioridad que la salud, la alimentación o la educación.

Las tanquetas con las que la GNB arremete contra los estudiantes, urbanizaciones, carros estacionados en las calles, etc. todavía no se han pagado. Son parte de la inmensa deuda contraída con China. Y lo peor es que las tenemos que costear nosotros con nuestros impuestos. No hay que ser un estadístico para notar, que hay más de estos carros armados que ambulancias operativas al servicio del ciudadano.

Lo peor es el uso de colectivos armados para hacer terrorismo de estado. Muchos estudios y videos muestran como estos individuos actúan libremente al amparo y hasta en combinación con las fuerzas del orden. Estos colectivos deslegitiman totalmente al gorilato, en la medida en que demuestran que el estado ha perdido el monopolio de la violencia y se encuentra ahora en manos de grupos armados, al servicio de una ideología política. Este video es una muestra del terror que los colectivos siembran en la población https://t.co/HdY4h9XtVQ .

Un gobierno sin argumentos recurre a la trillada historieta del golpe. Después de hablar del control total que tienen sobre los militares, esta infeliz estratagema no hace más que evidenciar la incapacidad de unos individuos a quienes el poder les cayó en las manos sin que tuviesen preparación alguna para usarlo en beneficio del pueblo.

Los embajadores de los países latinoamericanos parecieran no estar haciendo su trabajo de informar lo que pasa en Venezuela. O, si lo hacen, los gobiernos de esos países le están dando mayor peso a los negocios que hacen con nuestro país que a la defensa de un pueblo que está siendo sometido, vejado, humillado, aterrorizado y asesinado.

Golpe ninguno. Una bobaliconada más de la izquierda atrasada y obtusa que justifica cualquier atropello a los derechos humanos con tal de mantener en el poder a quienes han becado a los movimientos de izquierda latinoamericanos.

Los golpes los dan los militares. Los que están en la calle están ejerciendo el legítimo derecho a protestar pacíficamente. Están pidiendo rectificación o renuncia. Eso no violenta la constitución. Sí lo hace la inacción de las instituciones del estado que no asumen la responsabilidad que tienen en todo lo que está pasando en Venezuela en este momento.

El gobierno está conformado por una clase política primitiva. Que cree en la ley del garrote. Que invita a dialogar con amenazas. Una gente alejada de la modernidad y que tiene como norte la involución. La izquierda latinoamericana que se beneficia de las becas de estos sátrapas le hace coro en la denuncia de golpe.

Señores, el único golpe que se lleva a cabo en Venezuela, es el desconocimiento del gobierno de todo lo que la Constitución y tratados internacionales establecen en relación con el respeto a los derechos humanos. Allá ustedes con sus consciencias de alquiler.

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