La guerra no sólo está en las mentes flatulentas de la chorocracia, hoy está también en la vida cotidiana de los venezolanos. ? Para el gobierno, la guerra ha sido como un juego, su retórica alude siempre a la violencia, es un mecanismo para amedrentar a la sociedad democrática, todo es una batalla y hasta la economía es una “Guerra”, por cierto muy útil ocultar sus fracasos. La inseguridad es una tragedia pero la guerra contra el hampa no la asume el gobierno, sino la población venezolana. La muerte se hace parte del paisaje, casi olvidamos que en el 2013 tuvimos la pavorosa cifra de 24.763 homicidios. El saldo es terrible, con el agravante que ahora tenemos a cientos de muertos, heridos y prisioneros, todos víctimas de la violencia y la represión del régimen. Lo más doloroso es que se hace costumbre: un muerto hoy, otro mañana. Venezuela se desangra, los nombres se olvidan y la muerte no es más que un suspiro. Pronto nadie recordará a la primera víctima, quizás ya muchos la olvidaron. Otros ni siquiera saben que en la protesta de ayer hubo un muerto, tal vez dos. A veces preguntan ¿Van 18 o 20? ¿Son 28, cierto? De verdad ¿hasta dónde vamos a llegar? Esta atroz mortandad es la sombra más oscura de este gobierno indolente e irresponsable. Cada día se hace más evidente –imperiosa- la necesidad de cambio, este gobierno no solo es insostenenible, es insoportable e incapaz de garantizar la paz.
Twitter: @richcasanova
(*) Dirigente progresista. Visepresidente de ANR del Colegio de Ingenieros de Venezuela.