La reina de la salsa Celia Cruz será la primera latina exaltada en el Paseo de las Leyendas del Teatro Apollo en Nueva York, durante un concierto el sábado en que se rendirá tributo a su vida y legado, como parte del 80 aniversario de esta sala de espectáculos.
Ruth E. Hernández Beltrán/EFE
De esa forma, la “Guarachera de Cuba”, que falleció el 16 de julio de 2003, se unirá a otras estrellas como Aretha Franklin, Ella Fitzgerald, Michael Jackson, Stevie Wonder, Lionel Richie, Etta James o Quincy Jones en recibir ese reconocimiento, muchos de los cuales surgieron al estrellato de las famosas “Amateur Nights” de ese teatro, que aún continúan.
“La siguen honrando después de muerta. Es uno de los reconocimientos más importantes que se le han dado desde que falleció. El Apollo es un teatro importante, y en el centro de la comunidad afroamericana”, dijo a Efe Omer Pardillo, ejecutor del patrimonio de Celia Cruz, y que fue su representante.
“Celia fue primero en muchas cosas”, dijo complacido sobre el que sea la primera latina en recibir esta distinción “y qué bueno porque mantiene vivo el legado de la cultura latina, y más en la ciudad de Nueva York”.
Pardillo y Elia Knight, hija del fenecido músico Pedro Knight, esposo de Cruz, aceptarán el reconocimiento durante el evento, en el que además se otorgará una beca a un estudiante de la escuela de Música Celia Cruz en el condado de El Bronx.
Un grupo de artistas, entre ellos la cubana Lucrecia como invitada, se tomarán el escenario del Apollo, en el corazón del vecindario de Harlem, para hacer un recorrido por las cuatro etapas de la carrera de Cruz: con la Sonora Matancera, Tito Puente, las Estrellas de Fania y en solitario, a través de los temas que hizo famosos.
En el concierto, organizado por el Caribbean Cultural Center African Diaspora Institute para el legendario Apollo, inaugurado en 1913 y que en sus inicios sólo recibía espectadores blancos, se escucharán “Quimbara”, “Cúcala”, “Guantanamera” o “La negra tiene tumbao”, entre otros.
“El que se le rinda honor a Celia es merecido, algo que tiene por derecho, es la reina indiscutible y cada vez que le tengo que cantar, me llena de mucha ilusión y emoción”, dijo a Efe Lucrecia durante un ensayo para el concierto.
Aseguró que la cantante cubana, que hizo de “¡Azúcar!” su grito de guerra en los escenarios, ha impactado su vida desde que comenzó su carrera con el grupo Anacaona, ya que Celia Cruz también fue parte de esa orquesta.
“Cuando empecé a cantar en México la primera canción que escuché de Celia, que estaba prohibida en Cuba, fue la Danza del Cucuyé, y me emocioné muchísimo. Después la fui conociendo poco a poco, una gran profesional, una gran mujer, se dio a todo el mundo”, recordó.
“A mi me ha tocado en todos los terrenos. Personalmente, muchísimo porque era humilde, muy sencilla y teníamos una conexión preciosa. Para mí es como si fuera mi segunda madre”, dijo y aseguró que le rendirá tributo nuevamente “con todo mi amor”.
Lucrecia, radicada en España desde 1993, será la encargada de cerrar el espectáculo con “Canto a La Habana”, “Yo viviré”, “La negra tiene tumbao” para luego, todos los artistas, interpretar “Químbara”, de la que dice “es la rumba perfecta”.
Otros cantantes que rendirán tributo a la Guarachera serán José Alberto “El canario” con su orquesta, Cita Rodríguez y Anissa Gathers -una de las cantantes que dio vida a Celia Cruz en el musical Off Broadway que se hizo de su vida- en un concierto que comenzará con los tambores Batá, usados para propósitos religiosos de la cultura Yoruba.
“Celia le cantó mucho a los santos. Tuvo unos tres discos dedicados a las canciones Yorubas con la Sonora Matancera. Así le rendimos homenaje a esa parte de su vida”, dijo por su parte a EFE Marta Moreno Vega, directora del Caribbean Cultural Center African Diaspora Institute.
“Para el Centro Cultural Caribeño es un honor ser parte del homenaje a Celia, porque muchos de los que vivíamos en El Barrio la vimos por primera vez en el Apollo, que también presentó a Machito y Mongo Santamaría”, entre otros artistas latinos, recordó.
El Apollo, declarado en 1983 monumento histórico de la Gran Manzana, e icono de la cultura de EE.UU, fue comprado en 1932 por el empresario Sidney Cohen.
En ese entonces abrió sus puertas a los afroamericanos con un espectáculo de jazz y desde entonces ha recibido a todos los grupos étnicos que componen Nueva York. EFE