Una corte egipcia condenó a muerte a 529 simpatizantes del derrocado expresidente islamista Mohamed Morsi por el asesinato de un oficial y ataques a la policía en uno de los juicios masivos más grandes de las últimas décadas.
La mayoría de los acusados fueron juzgados en ausencia aunque más de 150 estuvieron presentes en las rápidas audiencias del juicio, que apenas duró dos días. Dieciséis sospechosos fueron exonerados.
Los veredictos —y las extremadamente duras sanciones— probablemente serán revertidas en apelación, dijeron abogados defensores de derecho humanos una vez que culminó el juicio en la ciudad de Minya, al norte de El Cairo.
“Esto es desmesurado e inaceptable”, dijo el abogado Mohammed Zarie, quien dirige un centro de defensa de derechos humanos en El Cairo. “El poder judicial egipcio ha dejado de ser una herramienta para alcanzar justicia para convertirse en un instrumento de revancha”.
El juicio masivo es muestra de la determinación del gobierno respaldado por el ejército para quebrantar a la Hermandad Musulmana y cerrar la puerta a la reconciliación política con el mayor grupo musulmán del país, que apoya a Morsi.
La corte de Minya emitió su veredicto tras apenas dos audiencias en las que los defensores de los acusados se quejaron de que no se les permitió argumentar en favor de sus defendidos.
Un total de 545 sospechosos fueron acusados del homicidio de un policía y el intento de asesinato de dos más, el ataque a una estación de policía y diversos actos de violencia cometidos en agosto.
La revuelta fue una represalia por la operación policiaca del 14 de agosto contra dos campamentos de simpatizantes de Morsi en El Cairo, en los que cientos de personas murieron, lo que provocó muestras de inconformidad en todo el país.
EL ejército egipcio derrocó a Morsi en julio tras cuatro días de protestas masivas de sus opositores, quienes demandaban que renunciara al cargo por cometer diversos abusos durante su estancia de un año en el gobierno. AP