A lo largo de las últimas décadas Hollywood ha perfeccionado la técnica para cautivar al público adolescente hasta dar con una fórmula que convierte actores desconocidos en estrellas de la noche a la mañana, transforma espectadores en fans y genera un lucrativo y exportable negocio.
Fernando Mexía/EFE
El último producto fruto de esta engrasada maquinaria comercial es “Divergent”, filme que debutó este fin de semana en EE.UU. como líder de taquilla tras recaudar 54 millones de dólares, cantidad que no hizo justicia a las expectativas creadas pero que es suficiente para etiquetarlo como un triunfo.
Summit Entertainment, el estudio responsable del fenómeno “Twilight”, está detrás de la apuesta de “Divergent” que antes de nacer ya fue diseñada para ser una trilogía que llegará a capítulo por año entre 2014 y 2016.
Una vez presentada en EE.UU. la cinta hará su desembarco internacional durante el próximo mes, lo que servirá para medir el alcance de su éxito económico y si llegará a ser, como Summit espera, un fenómeno global.
“Es un sistema brillante”, aseguró a Efe Robert Thompson, uno de los expertos más reconocidos en estudios de Cultura Popular en EE.UU. que ejerce como profesor en la Escuela Newhouse de la Universidad de Siracusa.
Thompson señala a “Harry Potter” y “Twilight” como los hitos que han redefinido la forma en la que Hollywood se dirige a una audiencia de jóvenes adultos que comenzó a ver como un público diferenciado en los años 70 y 80 con títulos como “Animal House” (1978) y “Fast Times at Ridgemont High” (1982).
El espectador adolescente suele tener más tiempo libre, apunta Thompson, es consumidor de ocio y entretenimiento, y en los países desarrollados cuenta con suficiente poder adquisitivo para llenar los bolsillos de ejecutivos de la meca del cine.
Además es un colectivo muy activo en las redes sociales. Si se logra conectar con él, el estudio tiene asegurado un gran negocio y la película vivirá más allá de la pantalla, como ocurrió con “Twilight” cuyos seguidores acampaban a las puertas de los cines para ser los primeros en ver cada nueva entrega.
“Los adolescentes están siendo manipulados ahora tanto como antes, pero las formas de manipulación son mucho más inteligentes”, comentó Thompson quien aclara, no obstante, que las productoras tienen que ofrecer algo más que una buena campaña de mercadotecnia.
“No puedes vender esto a los jóvenes si no les gusta el contenido. La razón por la que ‘Harry Potter’, ‘Twilight’, ‘The Hunger Games’, ‘Divergent’ funcionan es porque, después de todo, son buenas historias”, dijo.
Si bien “Harry Potter” tiene un perfil más infantil y fue de inicio una superproducción, al igual que “The Chronicles of Narnia”, su modelo de explotación comercial fue adaptado para temáticas juveniles de la mano de estudios más pequeños que fueron los que realmente afinaron el método.
Así llegaron “Percy Jackson”, “Twilight”, “The Hunger Games” y ahora “Divergent”, a los que siguen este año títulos como “The Maze Runner”.
La idea es siempre la misma, invertir menos de 100 millones de dólares en producir una película basada en una saga literaria para adolescentes (mejor si ya cuenta con una legión de incondicionales lectores) con jóvenes y guapos protagonistas desconocidos por el gran público dispuestos a jugar un papel dentro y fuera de la pantalla.
Robert Pattinson, Taylor Lautner, Kristen Stewart y, en menor medida, Jennifer Lawrence, se movían por el circuito independiente antes de adquirir una dimensión estelar en “Twilight” y “The Hunger Games”. Lo mismo se puede decir de Shailene Woodley (“Divergent”).
Woodley ya ha sido bautizada como la nueva Lawrence, una campaña orquestada desde el estudio en un llamado de atención a los fans de “The Hunger Games” dado que “Divergent” también se centra en una heroína en un mundo futurista distópico.
“Ponen a estos actores en programas de televisión (y eventos), la gente les aclama y para cuando llega el momento del estreno de la película, ya son superestrellas a los ojos de los quinceañeros”, afirmó Thompson. Además hay un ahorro en costes. Es más barato contratar a un desconocido que a un famoso.
La saga entera de “Twilight” (5 películas), se hizo por menos de 400 millones de dólares y obtuvo en taquilla más de 3.000 millones.
La fórmula no es infalible como demuestran fracasos como “I Am Number Four”, “Beautiful Creatures” y “The Mortal Instruments”, pero el margen de error cada vez es menor.
“Todos los autores quieren escribir el próximo ‘Harry Potter’ y todos los estudios quieren hacer esa película. (Cuando se decide un proyecto) Todo está medido, el momento de publicación del libro, de la película, el reparto del filme, sus apariciones públicas. Es muy sofisticado”, dijo Thompson. EFE