El barco australiano “Ocean Shield”, equipado con un detector de cajas negras, zarpó de Perth el lunes pero le llevará tres días llegar a la zona de búsqueda en el sur del Océano Índico.
La señal de una caja negra suele durar unos 30 días pero se teme que no se llegue a tiempo, ya que se desconoce donde cayó el avión de la compañía malasia desaparecido el 8 de marzo con 239 personas a bordo.
El ministro de Defensa australiano, David Johnston, reconoció que existe una posibilidad muy remota de encontrarlas.
“Tenemos una semana, pero la duración de la batería depende de la temperatura del agua, de la profundidad y de la presión”, dijo a la radio nacional.
Aunque las autoridades han delimitado la vasta zona en busca de algún indicio del avión desaparecido, el “Ocean Shield” no puede navegar a más de 5 km por hora para que el detector pueda captar alguna señal.
Los equipos multinacionales que participan en la búsqueda todavía no han encontrado ningún resto del avión.
En el caso de que lo encontraran, las autoridades tendrían que analizar tanto la meteorología reciente como las corrientes marinas para determinar el lugar exacto donde cayó el vuelo MH370.
Malasia cree que el avión, que volaba de Kuala Lumpur a Pekín, fue desviado deliberadamente por alguien dentro del aparato. La información de los satélites indica que desapareció en el Índico.
– Las últimas palabras –
Diez aviones y nueve barcos reanudaron la búsqueda este martes, horas después de que el departamento de aviación civil malasio anunciara que las últimas palabras que pronunció uno de los pilotos eran “Buenas noches Malaysian tres siete cero”.
Inicialmente se informó de que el último mensaje fue un informal “Entonces, buenas noches”.
Las autoridades malasias publicaron este martes la transcripción completa de las 43 comunicaciones que hubo entre los pilotos y el control aéreo malasio a lo largo de 54 minutos.
La transcripción, según el ministro malasio de Transportes, Hishammuddin Hussein, “no revela nada anormal” a bordo de la cabina antes de la desaparición del avión.
Poco después del último mensaje de uno de los pilotos se cortaron las comunicaciones y el Boeing 777 despareció de los radares civiles.
El manejo de la crisis por las autoridades malasias ha sido muy criticado. Los familiares de los pasajeros chinos las han acusado de incompetencia e incluso de esconder información.
Malasia insiste en que está siendo transparente, aunque todavía tiene que dar a conocer los detalles de la investigación sobre cada uno de los pasajeros y los miembros de la tripulación.
En su comparecencia diaria ante la prensa en los primeros días tras la desaparición del vuelo, las autoridades malasias hicieron una serie de declaraciones contradictorias que no hicieron más que añadir más confusión al caso.
En particular, sobre la secuencia de los acontecimientos en la cabina del aparato tras ser desviado de su ruta. Las fuerzas armadas malasias fueron criticadas por no interceptar el avión cuando apareció en el radar militar.
Aunque Malasia sigue oficialmente a cargo, Australia ha ido asumiendo mayor responsabilidad en la búsqueda y ha nombrado al mariscal del aire retirado Angus Houston para dirigir el nuevo centro de coordinación de Perth, que el primer ministro malasio, Najib Razak, tiene previsto visitar este miércoles. AFP