En quince años son vastas las historias que nos marcan, el país tiene sus cicatrices. Infinidad de personas han contribuido a las diferentes etapas sucedidas, para bien y para mal, como siempre ocurre en estos casos. Lo que nos trajo este presente está en un baúl lleno de lecciones, que bien vale la pena abrir un día cualquiera y sentarse calmadamente, para asimilar, con la serenidad requerida,ygenuinamenteaprender.
Este baúl contiene el equivalente a una universidad, tan precioso es lo que está allí que sería trágico no aprovecharlo. Hoy sin embargo no deseo ahondar en estas profundidades, solo pongo el dedo en la dirección del baúl, en la esperanza que seremos bastantes los interesados en lo que tiene que ofrecernos.
Y me enfoco en la historia reciente porque estamos experimentando un momento crucial, lo que hagamos o dejemos de hacer puede determinar la suerte de varias generaciones; es clave para enrumbar al país a un puerto amable o terminarlo de hundir en un mar de ácidos corrosivos. No tenemos derecho a volvernos a equivocar en asuntos que ya hemos debido internalizar.
Tenemos esta deudafrente a la hermosa gesta heroica que están librando nuestros hijos, los jóvenes que nacieron cuando el país estaba comenzando a pagar los costos de su insensatez.
Es tiempo de enterrar los rencores y olvidar viejas rencillas, también de poner ambiciones subalternas en el último puesto de las prioridades y juntos buscar la forma de entendernos y trabajar conjuntamente para lograr un final feliz en esta batalla.
Se necesita de madurez y sentido de Estado para comprender que se acabó el espacio para la improvisación y la partidocracia.
El presente es solamente de Venezuela y somos los venezolanos los únicos que podremos resolverlo. Honremos esta oportunidad del destino.
@jcsosazpurua