La conflictividad entre el sector oficial y el opositor afecta la salud mental de los venezolanos, reseña El Sol de Margarita.
Quienes habitan en el país viven en una paranoia colectiva, aseguró el psiquiatra Alí Smaili.
La polarización, aunada a los problemas diarios como la inseguridad y el desabastecimiento, pudieran generar un ataque de nervios.
Se deben cumplir varias condiciones para que el diálogo sea efectivo, indicó el especialista. En primer lugar tiene que haber respeto y reconocimiento del que piensa distinto. Una vez que se logra este paso se debe garantizar el debido proceso, activar un plan de desarme masivo y no politizar la violencia.
“No se debe hacer un análisis fácil de la violencia, es un tema grave y complejo que no se puede politizar y tampoco justificar”, apuntó.
Smaili consideró que cuando no existe entendimiento en ambas partes, un tercero confiable para los dos ayudaría a resolver el conflicto.
Desde el Vaticano surgió la voluntad de servir como mediador, el obispo de la Diócesis de Guarenas, Gustavo García Naranjo, y quien es miembro de la Conferencia Episcopal Venezolana, señaló que la Iglesia como institución tiene la intención de servir de enlace para que haya entendimiento en ambos sectores, como se ha hecho en otras partes del mundo.
El representante eclesiástico destacó que para alcanzar un ambiente de paz, es propicio que el Gobierno y los factores diversos se sienten a exponer sus puntos de vista con respeto y tolerancia.
Puntos de vista
Al consultar con los sectores, cada uno expresa su opinión sobre las condiciones propicias para un diálogo, no obstante hay puntos donde no hay acuerdo posible.
El caso de los llamados “presos políticos” es un tema que para la oposición es crucial para considerar sentarse con el oficialismo.
Jony Rahal, secretario general de Primero Justicia en Nueva Esparta, aseguró que para que exista un diálogo con el Gobierno, debe liberar inmediatamente a Leopoldo López, Iván Simonovis y los estudiantes detenidos.
Asimismo se deben cesar los insultos hacia quienes no comulgan con el proceso revolucionario, a quienes los catalogan como “fascistas y delincuentes”, de igual forma desarmar a los colectivos que atentan contra la vida y la propiedad privada e instalar una comisión de la verdad con un árbitro imparcial que brinde justicia a los 39 fallecidos en las protestas.
“No nos vamos a prestar para la comparsa del régimen con un circo de payasos. El diálogo tiene que ser con un árbitro imparcial”, instó.
Por su parte Junior Gómez, coordinador regional de Organización y Estrategia Electoral del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), aseveró que el Gobierno tiene la disposición de sentarse a escuchar los planteamientos del sector adverso, no obstante consideró que la oposición debe organizarse.