El gobierno venezolano y la coalición opositora se preparan para iniciar un posible diálogo en medio de las presiones generadas por la severa crisis política y económica que enfrenta el país, las divisiones entre los opositores sobre el proceso y la intransigencia de los estudiantes que aseguran que seguirán protestando en las calles.
El vicepresidente Jorge Arreaza anunció que para el jueves está pautado un encuentro entre el gobierno y la oposición, y aseguró que “nosotros no vamos a pactar: vamos a reconocernos, a entendernos”.
“Vamos a compartir visiones donde pensamos llegar a acuerdos y eso es lo que hemos”, dijo el miércoles Arreaza durante un acto en la capital, según reseñó la estatal Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
El proceso para un posible diálogo que acordaron la víspera el gobierno y el bloque opositor de la llamada Mesa de la Unidad Democrática abrió una esperanza, pero el proceso está lleno de dudas debido a que hay muchos escollos por superar que pasan por la mutua desconfianza entre las partes.
El líder opositor y gobernador del estado central de Miranda, Henrique Capriles, confirmó que asistirá el jueves al diálogo con el gobierno que impulsa la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), e invitó a los venezolanos a ver el encuentro que sería transmitido en cadena de radio y televisión.
“Todo el pueblo tiene que ver la cadena en la noche, porque Miraflores (palacio de gobierno) temblará con la verdad. Vamos a cantar la verdad que vive nuestro pueblo. Hay que poner la verdad frente a la mentira, nadie se puede quedar callado. Yo estoy dispuesto a dialogar a favor de la paz y la construcción del país”, dijo el miércoles Capriles durante una visita a la comunidad centro costera de Barlovento.
Durante los dos meses que se ha extendido la crisis el ex candidato presidencial ni la coalición opositora habían aceptado reunirse con Maduro a pesar de varias exhortaciones públicas a un diálogo que ha hecho el gobierno. La oposición se había negado a reunirse con el gobierno alegando que no dialogaría mientras las autoridades mantengan una “fuerte represión” contra las protestas callejeras y no se liberen a los dirigentes y manifestantes detenidos en los últimos dos meses.
Mientras el gobierno y la oposición terminan de definir las condiciones del proceso, el canciller Elías Jaua anunció la invitación al secretario de Estado de la Santa Sede, cardenal Pietro Parolin, para participar en la Conferencia Nacional por la Paz, según un comunicado que difundió AVN.
Las partes acordaron la víspera invitar al Vaticano y a los cancilleres de Brasil, Ecuador y Colombia para que actúen como facilitadores del proceso de diálogo.
Aunque la Mesa, integrada por cerca de una docena de partidos y organizaciones, manifestó su abierto respaldo al proceso de acercamiento al gobierno, dentro de la oposición surgieron algunas voces en contra encabezadas por el partido Voluntad Popular que tiene como líder a Leopoldo López, detenido desde febrero en una cárcel militar.
El politólogo venezolano Carlos Romero afirmó que si para el gobierno el reconocimiento público de que existe una severa crisis, que había negado por meses, representa un revés en medio de este proceso, para la oposición también constituye un duro impacto que quede en evidencia las divisiones que hay en la mesa unitaria, que siempre exhibió la cohesión como una de sus fortalezas.
En tanto, Djamil Jassir, secretario estudiantil de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, dijo el miércoles que independientemente de los diálogos el movimiento universitario seguirá en las calles.
“Nosotros no nos vamos a quedar sentados esperando. Nosotros seguiremos en la calle, seguiremos presionando fuertemente al gobierno nacional para que se respeten nuestros derechos que están en la constitución”, declaró Jassir también a Radio Caracas.
La subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, indicó el miércoles, al ser preguntada sobre las gestiones de Unasur, que espera que se “abra el camino para un diálogo realmente profundo sobre todos los problemas que enfrenta Venezuela”. “Esperamos que el gobierno y todos aprovechen esta oportunidad de tener una discusión profunda sobre los problemas y que se pueda realmente escuchar, de la oposición, cuáles son sus quejas pero primero necesitamos que la violencia termine en la calle”, dijo Jacobson al hablar en español a la prensa.
Romero afirmó que para la administración de Maduro, cuyo respaldo popular ha descendido en los últimos meses según las principales encuestas, es fundamental lograr un respiro en medio de la crisis.
“Si se actúa de buena fe puede haber una esperanza de que volvamos a una normalización política en Venezuela”, dijo Romero a The Associated Press en entrevista telefónica. Advirtió, sin embargo, que de fracasar el proceso de acercamiento habrá una “profundización de la crisis”.
Los medios locales difundieron recientemente un estudio que realizó la firma privada Instituto Venezolano de Análisis de Datos entre 800 personas del pasado 19 y 25 de marzo, que reveló que Maduro cuenta con un respaldo de 37,7%, cifra que está muy por debajo de los registros del año pasado cuando el mandatario contaba con un apoyo alrededor de 50%. La muestra tiene un margen de error entre 1,27% y 2,91%,
Venezuela se ha visto sacudida desde febrero por manifestaciones de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, contra la desbordada inflación -que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%-, el desabastecimiento de bienes básicos y un alto índice de delincuencia.
Los violentos incidentes registrados en Caracas y otras ciudades han dejado al menos 39 fallecidos, 608 heridos y unos 2.285 detenidos, de los cuales 192 permanecen arrestados y sujetos a procesos judiciales.
AP