Y por fin, se reunieron parte de la oposición y el gobierno venezolano. Por algo se comienza. El objetivo parecería ser (no hay nada claro en esta nebulosa dialogante) plantear los problemas de cara al país para explorar un acercamiento a fin de resolver los agudos problemas que afectan a Venezuela, publica el portal caretas.com.pe.
Por LUIS F. JIMÉNEZ
Este contacto inicial se transmitió por cadena nacional de radio y TV, ámbito reservado –y abusado- por el oficialismo. Acompañaron la reunión, tres cancilleres de Unasur (Brasil, Colombia y Ecuador) y en Nuncio Apostólico en Venezuela, en representación del Vaticano.
La segunda reunión fue convocada para el martes 15 de abril. En la víspera, 30 oficiales de diversos grados estarían detenidos acusados de estar involucrados en una conspiración para derrocar al presidente Nicolás Meduro, según informaron a Últimas Noticias fuentes de alto nivel del gobierno venezolano.
Balance preliminar
Hay un elemento positivo: desde que se realizó la reunión, no se han producido más muertes en las protestas (que continuaron). Ello demuestra que el gobierno puede controlar a sus fuerzas de seguridad. Hay que tener en cuenta que, de las 40 muertes ocurridas, 8 han sido de miembros de la seguridad.
Otro elemento positivo fue el reconocimiento de que toda medida que se adopte debe hacerse en el marco de la Constitución. Con ello cae el argumento gubernamental que la oposición está ejecutando un “golpe blando”.
Para el oficialismo, otro elemento positivo es que Maduro rompió la unidad de la oposición. Para ésta, se aplica el viejo dicho “están todos los que son pero no son todos los que están.” Otro punto a favor del oficialismo es que los opositores asistieron a la reunión sin que Maduro diera ninguna de las muestras de buena fe que exigían como la liberación de Leopoldo López y los estudiantes y alcaldes presos.
Los asistentes de la oposición consideraron que era una oportunidad para plantear sus reclamos ante el gobierno y el país en general; sería, además, una muestra de condescendencia hacia la Iglesia Católica que, por otra parte, había adoptado posiciones tajantes (Ver “Diálogo con rodillo”, CARETAS 2239).Asistieron tres gobernadores opositores, representantes de AD y COPEI y de otras agrupaciones políticas.
Henrique Capriles, asistente a la reunión, había considerado que las protestas debían continuar y protagonizó un duro cruce con Maduro a quien acusó de no respetar a la oposición mientras él sí exigía respeto. Mientras intervenía Capriles, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional y líder del chavismo duro, lo calificaba en twiter como “fascista asesino”. ¿Habrán dicho algo el nuncio o los cancilleres de Unasur ante una actitud tan poco “dialogante” de una alta autoridad del Estado?Si lo dijeron, no ha trascendido.
Los opositores que no participaron en la reunión fueron la diputada María Corina Machado –destituida inconstitucionalmente por el régimen de Maduro-, el alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, y los representantes de Voluntad Popular de Leopoldo López y los pertenecientes a las agrupaciones de los alcaldes destituidos. Tampoco asistieron los representantes de estudiantes universitarios que iniciaron las protestas el 4 de febrero. Estos opositores consideraron que era contradictorio asistir a una reunión con el gobierno mientras seguían los presos en las cárceles sin ningún cargo serio; consideraban, además, que sólo las protestas continuas lograrían que el gobierno tuviera en cuenta los reclamos populares.
Lo que falta
Las carencias reveladas por esta reunión deberían ser corregidas si es que se esperan resultados concretos. La oposición plantea propuestas puntuales: una ley de amnistía que conduzca a la liberación de los presos por razones políticas; una Comisión de la Verdad independiente; el desarme de los “colectivos” paramilitares y la renovación de los integrantes de órganos del Estado que tienen sus períodos vencidos (para lo cual requieren contar con el acuerdo de la oposición).
El gobierno, sin embargo, sigue divagando en la estratósfera con “golpes” originados en el extranjero y una guerra económica que es la responsable de la inflación y del desabastecimiento mientras proclama el objetivo de implantar el socialismo del siglo XXI. Maduro volvió a dar una muestra de incontinencia verbal con una introducción de 40 minutos a la reunión que también clausuró seis horas después.
Urge centrar las deliberaciones. La Conferencia Episcopal Venezolana, citada en “Golpe con rodillo”, planteó al respecto que “La salida de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos, evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria rectificación.”
Viene ahora la parte más difícil: ponerse de acuerdo mientras siguen las protestas. Al gobierno le toca hablar con “gestos concretos” y poner en libertad a los detenidos, algo a lo que se resiste. “Es hora de la justicia, no del perdón” ha dicho Maduro. Con actitudes como esa y la de Diosdado Cabello el diálogo está en peligro.