México dice adiós este lunes a su genio adoptivo Gabriel García Márquez con un gran homenaje nacional abierto a sus lectores en el que tendrán un espacio especial las flores amarillas que le servían de amuleto y una selección de su música favorita, los vallenatos.
Para la ceremonia “se hizo una selección de música, de fragmentos de obras que al maestro García Márquez le gustaban, que la familia escogió”, dijo a los medios el presidente del oficial Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar, a la salida de la casa del escritor.
Con la familia viviendo su luto privado desde el fallecimiento del Nobel de Literatura colombiano el jueves, las autoridades mexicanas alistan la primera de las ceremonias de despedida a García Márquez en el céntrico Palacio de Bellas Artes, donde México despide a sus grandes íconos culturales.
En el palacio hay “un cuarteto de cuerdas” y se interpretan piezas del húngaro Béla Bartók en honor a García Márquez, un gran aficionado a la música y al baile, según precisó la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García.
Las puertas del palacio están abiertas desde las 16:00 locales (21:00 GMT) y no se cerrarán hasta que el último de los admiradores pueda despedirse del escritor, señaló García.
La primera guardia de honor contó con la presencia de su viuda Mercedes Barcha y sus hijos Rodrigo y Gonzalo. Una evidente tristeza se reflejaba en los rostros de las tres personas más cercanas al Premio Nobel de Literatura 1982, que custodiaron la urna con las cenizas del escritor, en el vestíbulo de la Sala Central del edificio de Marmol de Carrara.
A partir de las 19:00, está prevista la llegada de los presidentes de México, Enrique Peña Nieto; y Colombia, Juan Manuel Santos, que formarán una guardia de honor y ofrecerán unas palabras al cierre de la ceremonia.
“Han venido muchos invitados y gente cercana de Colombia”, pero será un homenaje abierto a todo el pueblo de México, “porque García Márquez es un escritor universal, pero muy querido en nuestro país”, subrayó García.
La “otra patria distinta”
García Márquez llegó a Ciudad de México el 2 de julio de 1961 junto a su esposa y su hijo mayor Rodrigo en “un atardecer malva, con los últimos veinte dólares y sin nada en el porvenir”, según él mismo describió.
Con el tiempo el colombiano, llegó a considerar a México como su “otra patria distinta”, gracias también a emblemáticas amistades como la de su compatriota Álvaro Mutis o la de los escritores mexicanos Carlos Fuentes y Juan Rulfo.
En México encontró la estabilidad para escribir la mayor parte de su obra literaria, incluida su novela mayor Cien años de soledad (1967), pese a los iniciales y graves apuros económicos. En 1981, tras temporadas en Barcelona, La Habana y Bogotá, fijó su residencia definitiva en Ciudad de México, después de haber huido de Colombia por el temor a unos señalamientos de vínculos con el grupo guerrillero M-19.
En México fue donde García Márquez recibió la noticia de su premio Nobel de Literatura en 1982 y donde falleció a los 87 años junto a su familia, tras haber estado hospitalizado por neumonía.
El homenaje de Colombia
En su país natal, las autoridades también se esmeran en organizar un homenaje a la altura del “más grande colombiano de todos los tiempos”, como reconoció el presidente Santos.
A su regreso de México, Santos encabezará el martes una ceremonia solemne en la Catedral Primada de Bogotá, donde se despide a las grandes figuras nacionales, en la que la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia interpretará el “Réquiem” de Mozart.
La ceremonia será transmitida a todo el país y también se habilitarán pantallas gigantes en la céntrica plaza Bolívar para quienes no puedan entrar en la Catedral, explicó este domingo la ministra de Cultura, Mariana Garcés, a la emisora Blu Radio.
Para el miércoles 23 de abril, Día Internacional del Libro, el gobierno colombiano programó la lectura masiva de la novela El coronel no tiene quien le escriba en más de 1.000 bibliotecas públicas, parques y colegios, cuyo primer lector también será Santos.
Colombia sigue a la expectativa de la decisión de la viuda de García Márquez y de sus hijos Rodrigo y Gonzalo sobre el destino final de sus cenizas, que podrían dividirse entre México y algún lugar de su país, como su natal Aracataca.
Fotos EFE y Reuters