El Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, proseguirá este lunes su “ofensiva económica” junto a la empresa privada, en tanto que el diálogo con la oposición con el fin de paliar la crisis política nacional aún aguarda una fecha.
La fecha exacta de la cuarta reunión del diálogo político depende de cuándo regresarán al país los cuatro “facilitadores de buena fe” del proceso: el nuncio apostólico, Aldo Giordano, y los cancilleres de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo; de Colombia, María Ángela Holguín, y de Ecuador, Ricardo Patiño.
“Nuncio Giordano sabio y bondadoso, cancilleres Holguín sensible y conocedora, Figueiredo profesional y Patiño inteligente. Los 4 nos ayudan”, escribió este domingo en Twitter Ramón Guillermo Aveledo, cabeza de la alianza partidista opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
El secretario ejecutivo de la MUD también aludió en una entrevista a la gente del “mundo opositor que piensa que el diálogo no sirve para nada” y que desde el mismo seno de la MUD ha arremetido contra los opositores dialogantes.
“¿Si nosotros hemos sostenido como política de la MUD (que debe haber diálogo) y el interlocutor te dice: “vamos a hablar”, y la comunidad internacional te dice: “hablen”, con qué explicación vamos a decir que no hablamos?”, se preguntó Aveledo.
El acercamiento entre oficialistas y opositores comenzó este mes tras una oleada de protestas callejeras iniciadas el 12 de febrero pasado, algunas de las cuales derivaron en hechos de violencia que han dejado 41 muertos, entre activistas de ambos bandos, policías y particulares atrapados en una suerte de “fuego cruzado”.
La tercera ronda del diálogo cumplida el pasado jueves acordó que las partes se reunirán más de una vez por semana para así agilizar las decisiones y también acordó crear tres mesas de trabajo.
Una para la formación de una Comisión de la Verdad que investigará los hechos violentos, otra que tratará una eventual amnistía, que el Gobierno ya rechazó, y una tercera abarcará temas de descentralización de competencias en gobernaciones y alcaldías.
No se espera más que eso, y quizás también eventuales indultos personales en lugar de una amnistía general, pero nada sobre un “Gobierno de coalición”, dijo este domingo en otra entrevista el titular del opositor Acción Democrática (AD, socialdemócrata), Henry Ramos Allup
“El remedio podría ser peor que la enfermedad, porque todos estaríamos en un mismo saco”, declaró sobre la posibilidad planteada a inicios de mes por el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y descartada de inmediato por Maduro, quien no obstante reconoció al exmandatario como “padre de la izquierda” regional.
“Allí sí que nos quedamos sin Gobierno y sin oposición”, además porque un Ejecutivo de coalición, “donde esté metido todo el mundo”, se convertiría “en un enredo”, añadió Ramos Allup que también aludió este domingo a quienes dentro de la MUD se oponen al diálogo con Maduro.
“No importan las agendas distintas, cada quien que luche por lo que quiere, es un derecho respetable”, sostuvo, pero pidió respeto a la decisión de la mayoría opositora de dialogar.
El diálogo apunta a “mantener las manifestaciones pacíficas” y ayuda a anular la violencia ilegal que incluye al hampa y a “los colectivos” que apoyan al Gobierno, enfatizó Ramos Allup.
También ha participado en el diálogo el abanderado de la MUD en la dos últimas elecciones presidenciales, Henrique Capriles, quien este domingo prefirió fijar su atención en la ofensiva económica de Maduro.
En su artículo dominical de prensa, Capriles enumeró algunas medidas generales que estima que el Gobierno debe adoptar ante la crisis económica, pero advirtió que no vislumbra voluntad de cambio.
“La crisis económica parece que llegó para instalarse en nuestra Venezuela, sin que veamos intención del Gobierno de resolverla”, dijo y evaluó que el modelo económico de la Revolución Bolivariana, que opinó fracasó “a todas luces”, es el mismo que rigió en la extinta Unión Soviética.
En uno y otro, los medios de producción están “solo en manos del Estado” y en ambos “se expropian empresas, confiscan empleos” y “se ve al esfuerzo privado como un enemigo”, señaló Capriles.
Añadió que el Gobierno ha anunciado “con bombos y platillos una ofensiva económica con la que buscan equilibrar y corregir el desbalance de un modelo que fracasó y que por consiguiente no da para más”.
“Somos los primeros interesados en apostar al éxito de esas medidas, pero el Gobierno debe hablarle con la verdad a los venezolanos. Es hora de afrontar la dura realidad y asumir responsabilidades, pero lo más importante es tiempo de rectificar”, sostuvo.
El Banco Central reveló el jueves pasado que la inflación en marzo fue de un 4,1 % y de 10,1 % el acumulado de 2014, lo que augura al menos la repetición este año del 56,2 % de la aceleración de precios y tarifas de todo 2013. EFE