La banda implicada inició su actividad en diciembre de 2012, cuando robaron los números de tarjetas de débito emitidas por un banco de Oriente Medio y retiraron con ellos cerca de 5 millones de dólares (3,6 millones de euros) en 20 países.
Poco después, esa misma red pirateó las tarjetas distribuidas por otro banco de la región y se hizo con 40 millones de dólares (unos 28,8 millones de euros) en 25 países.
Entre esos dos casos, la red robó dinero en un total de 26 países, entre ellos Canadá, Colombia, Japón, Egipto, el Reino Unido o Estados Unidos, y lo blanqueó a través de la compra de artículos de lujo.
“La sofisticación de estos casos ilustra cómo la tecnología ha borrado fronteras, permitiendo a los delincuentes acceder a información y coordinar delitos en muchas localidades de forma simultánea”, dijo en el comunicado el director del departamento de Interpol especializado en Delitos y Análisis, Glyn Lewis. EFE