El papel clave de Alexander von Humboldt en la divulgación científica y antropológica de América Latina y su influencia en los investigadores y artistas es el eje de una nueva exposición en Nueva York que reivindica la figura y el legado del naturista y geógrafo alemán.
Humboldt abrió a la comunidad científica “un mundo que los europeos prácticamente solo conocían por las crónicas de Indias”, recuerda a Efe Grabriela Rangel, directora de Artes Visuales en la institución cultural neoyorquina, que promueve la cultura latinoamericana en la ciudad.
Alexander von Humboldt (1769-1859), científico aficionado y luego diplomático, realizó un largo viaje entre 1799 y 1804 por los actuales Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, México y Cuba, en un extenso periplo de 10.000 kilómetros.
Todo el material recopilado le permitió publicar en las tres décadas siguientes una treintena de obras, entre las que destacan “Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente”, “Vistas de las Cordilleras y Monumentos de los pueblos indígenas de América” y “Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Mundo”.
A su regreso, conoció al presidente estadounidense, Thomas Jefferson, y posteriormente a Simón Bolívar en París.
Sin embargo, y pese a ser el explorador científico más prolífico de su generación y de lo novedoso y detallado de sus observaciones sobre la flora, la fauna, la población, el clima y la geografía, así como de la relación que mantienen estos elementos entre sí, el paso del tiempo ha relegado el papel de Humboldt, al que se le atribuye también un rol pionero en la meteorología y la geografía física.
De hecho, en Alemania y Estados Unidos es más conocido su hermano mayor Wilhelm, filósofo, diplomático y fundador de la Universidad de Berlín, recuerda Rangel.
Además, señala que el papel de Humboldt en la historia natural quedó eclipsado pronto por el bombazo que supuso la divulgación en 1859 de “El origen de las especies”, de Charles Darwin, cuyos viajes también tuvieron lugar en gran parte por tierras latinoamericanas.
La exposición abarca desde retratos del científico y algunos instrumentos científicos similares a los que empleó, hasta un mapa parcial del curso del Orinoco trazado por su mano, pasando por imágenes de plantas obra del botánico francés Aimé Bonpland, su compañero de viaje.
También se puede ver una carta que le envió Bolívar en 1821 o una que él escribió a Jefferson en francés en 1808, además de obras de artistas europeos y estadounidenses que, influidos por sus escritos, viajaron a tierras latinoamericanas a conocer su exuberante naturaleza.
Humboldt “impactó a muchos artistas, que viajaron a los trópicos”, explicó en declaraciones a la prensa Alicia Lubowski-Jahn, una de las comisarias de la exposición.
Así, hay obras de paisajes latinoamericanos de pintores británicos, alemanes y, sobre todo, del estadounidense Frederic Church (1826-1900), quien también imitó a Humboldt en su interés por el arte precolombino.
En este sentido, se puede ver una escultura azteca de Chicomecoatl, la diosa del maíz, que formó parte de la colección de Humboldt y ahora está en el Museo Etnológico de Berlín, o un relieve tolteca de Church, donado por el artista al Museo Metropolitano de Nueva York.
El final de la exposición muestra cómo Humboldt tuvo una influencia muy fuerte en los naturalistas estadounidenses, como en “Walden”, el libro más famoso de Henry David Thoreau, uno de los pioneros del pensamiento ambientalista, o en John Muir, una figura clave en la defensa de los espacios naturales y en la creación de los parques nacionales de este país.
Además, la influencia del viajero y divulgador prusiano se percibe en la exploración del extremo Oeste de Estados Unidos, como muestran las fotografías tomadas en la década de 1860 por Carleton Watkins de las secuoyas gigantes o de Vernal Falls, en Yosemite (ambas en California) que también pueden verse en la exposición.
Rafael Cañas/EFE