Violenta, brutal y destructora represión sufrieron los jóvenes de los diversos campamentos pacíficos que desde hace mes y medio se encontraban ubicados en varios puntos de la capital, donde alzaban su voz de protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro y la crisis que atraviesa el país.
Los estudiantes junto a la sociedad civil se habrían encargado de llevar un mensaje de alerta a esa población indiferente ante lo que acontece en Venezuela.
Los ataques de las fuerzas represoras del Estado durante la madrugada solo dejaron decepción, dolor e impotencia en ellos quienes entre lágrimas buscaron reconfortarse y mantener su pie de lucha, como lo mostraron más tarde al levantar nuevamente varias de sus carpas.