Lapatilla
Las Fuerzas Bolivarianas de Liberación, guerrilla venezolana prochavista, colgó en su pagina web (http://fuerzasbolivarianasdeliberacion.blogspot.com/) el 30 de abril, un día antes del Día del Trabajador, un duro comunicado donde acusa al gobierno de Nicolás Maduro que “En Miraflores se fragua un nuevo pacto contra el pueblo trabajador”. Entre otras cosas afirman que:
Hoy, la dirigencia gubernamental, asesorada por factores de poder internos y externos, decidió transitar abiertamente y sin ambigüedades por el camino del capital, dando un golpe mortal al proyecto socialista, traicionando así el legado del presidente Chávez, que consistía en un nacionalismo revolucionario que apuntase hacia la liquidación del enclave capitalista extranjero, la liquidación del régimen agrario latifundista, la pérdida del poder de la oligarquía interna, el desarrollo de un poderoso poder público de la economía básica con el dominio de todos los mecanismos estratégicos de distribución y con convivencia con un sector privado limitado en ciertas gama de actividades productivas y de servicio, dentro de la esfera puramente económica, lo que abriría paso al desarrollo de las fuerzas productivas de nuestro pueblo que desencadenaría un fuerte movimiento del poder popular que hiciera posible el otro mundo que soñamos: el socialismo.Para llegar allí se inventaron la llamada “Guerra Económica” o más bien una estrategia conjunta de las dos derechas (la endógena y la trasnacional) para restaurar totalmente su control sobre el estado.
Además aseguran que
Hoy los capitalistas del gobierno sobre todo los que han dirigido la política Económica y Financiera del país, han planteado la necesidad de flexibilizar el control cambiario a través de la creación de un dólar permuta, donde las Casas de Cambio y la banca privada jugarían un papel de primer orden en la distribución del dólar. La tecno burocracia cree “INOCENTEMENTE” que si los empresarios observan un dólar con mayor valor, inmediatamente comenzarían a producir en grandes cantidades para así exportar y obtener más divisas. Esta “brillante” y estúpida idea, impulsora del aparato productivo nacional, se complementaría con una fuerte inversión extranjera. Todo lo anterior constituye una vulgar maniobra para disfrazar e imponer – sobre todo al pueblo revolucionario- una idea capitalista como si fuera la más revolucionaria de la historia –“El más peligroso de todos los pendejos, es el pendejo demagogo que cree que el pueblo es pendejo”, aunque en la práctica el gobierno orienta sus esfuerzos es a privilegiar las importaciones y no la producción, ya que así logran obtener millonarias comisiones en dólares haciéndose parte de una de las formas de corrupción mas apátridas conocida en la historia política del este país.