Conchita Wurst regresó el domingo a Austria, su país natal, en medio de aplausos y felicitaciones, incluido del presidente de este país, por el mensaje de “tolerancia” enviado por la victoria de este travesti barbudo en el festival de Eurovisión 2014.
Conchita dedicó hoy su triunfo a quienes creen “en un futuro sin discriminación” y advirtió de que es también un mensaje a algunos políticos, como el presidente ruso Vladimir Putin.
“Lo de ayer no fue solo un triunfo solo para mí sino para la gente que cree en un futuro que funciona sin discriminación y basado en la tolerancia y el respeto”, dijo Wurst a preguntas de Efe en una concurrida rueda de prensa tras su regreso a Viena.
Wurst conquistó Eurovisión con una buena voz, un tema pegadizo y una estética provocadora: una llamativa barba que contrasta con su cuidado maquillaje y sus ajustados vestidos de noche.
Respecto a los planes de futuro, reconoció ser ambiciosa. “Quiero el mundo entero”, confesó.
“Mi gran objetivo es un Grammy. Y en el camino cogeré todo lo que pueda”, prometió Wurst, que ha recibido ya ofertas de productores de Los Ángeles y de distintos eventos de celebración del orgullo gay.
La artista, “alter ego” del cantante Tom Neuwirth, fue recibida en el aeropuerto de Viena por varios miles de seguidores que no cesaban de corear el “Rise like a Phoenix”, la canción con la que conquistó ayer el segundo triunfo de Austria en Eurovisión, tras el logrado en 1966.
Con el trofeo en la mano y repartiendo sonrisas y saludos, Wurst fue acosada por una nube de periodistas que querían captar su triunfal regreso a Austria.
Conchita afirmó ante los medios que su victoria es un mensaje a “algunos políticos”, entre los que señaló a Putin, aunque insistió en que no se trata de abrir un debate de derechos humanos entre Europa y Rusia.
“La tolerancia no tiene fronteras. También en Rusia hay lugares donde soy muy bien bienvenida”, dijo Wurst, que recordó que su actuación recibió de ese país cinco puntos, lo que muestra que “no todo el mundo en ese país tiene las mismas opiniones” sobre la homosexualidad.
Por eso, dejó claro que su mensaje va más allá de las fronteras y se dirige a “políticos que conocemos”.
“Solo les quiero decir que, al final, el bien siempre gana y que somos imparables”, declaró respecto a quienes, como ella, creen en la tolerancia.
Con todo, Conchita Wurst aseguró que no pretende ser una embajadora de la tolerancia sino solo poner su granito de arena en una tarea en la que, dijo, afortunadamente no está sola.
“Hay gente más poderosa que yo que podría hacer más. Pero a mí me dieron este don. Para mí es importante, y mi obligación como artista es trabajar en ese sentido”, declaró.
Wurst también se refirió a las críticas que recibió en su propio país cuando fue designada para concursar en Eurovisión. Una encuesta en un diario sensacionalista de gran tirada concluyó que el 79 por ciento de los austríacos no estaba orgulloso de su candidata.
“Los comentarios en mi contra no me interesan. No me interesaron antes ni me interesan ahora”, sentenció.
Wurst también tuvo palabras para la concursante española en Eurovisión, Ruth Lorenzo, que quedó en el décimo puesto de la clasificación.
“La señorita Lorenzo tiene un talento por encima de lo normal. He subido al escenario bajo lágrimas y me crucé con ella, tenía ganas de darle un abrazo, fue bonito ver que ella se alegara por mí”, rememoró.
Conchita Wurst es un personaje creado por Tom Neuwirth, un diseñador de moda y cantante homosexual de 26 años.
Tras quedar segundo en “Starmania”, un programa busca talentos de la televisión pública austríaca en 2006, formó parte brevemente de un grupo musical.
En 2011 se reinventó a sí mismo y apareció en un nuevo concurso ya como Conchita Wurst.
Neuwirth explica que Conchita surgió como una respuesta a la intolerancia que sufrió de adolescente debido a su homosexualidad, reseñó EFE