Como si fuera algo inesperado, asombroso, inusitado, el pasado martes la MUD comenzó a verle costuras al diálogo o conversatorio, que venían manteniendo con el régimen y decidieron suspender las controversiales reuniones ante la nula respuesta que han obtenido y a la represión creciente en las calles.
Sin ningún resultado, casi con una derrota encima, un sector de la oposición abre los ojos luego de que el pasado 10 de abril comenzaran estos encuentros en Miraflores, posición que Voluntad Popular, Alianza al Bravo Pueblo, Vente Venezuela (partido de María Corina Machado), Bandera Roja y otras organizaciones de oposición, habíamos criticado previendo un fracaso fácilmente pronosticable al ir sin exigencias previas.
En ese entonces algunos sectores excesivamente optimistas nos criticaron por no creer en las buenas intenciones de la dictadura porque ésta sólo cede cuando tiene el agua al cuello.
Nuestra idea no era satanizar una herramienta de negociación de crisis como el diálogo. Cuatro siglos antes de Cristo, el diálogo ya estaba presente en las tertulias de Sócrates, Jenofonte y otros personajes de la Historia.
Y pudiéramos citar casos en donde esta plática ha funcionado en conflictos tan violentos como los de nuestro país. Pero también huelgan los ejemplos donde estos ejercicios discursivos no han servido para nada.
Varios artículos de opinión he escrito al respecto (Diálogo de paz 10/04/2014) y Diálogo desde Ramo Verde 16/04/2014). En ellos dije que las condiciones para sentarse con el chavismo debieron discutirse y colocarse de manera firme en la agenda. Esa era nuestra condición. Ir a lavarle la cara al régimen, sin exigencias previas, era condenar ese diálogo al fracaso, tal como ha sucedido.
“¿Cómo pretender un acuerdo con este régimen cuando quedó demostrado que los asesinos del 12F eran escoltas de Rodríguez Torres?, ¿Cómo dialogar cuando el asesino de Adriana Urquiola trabajaba en un ministerio y fue liberado sospechosamente, sin que nadie rinda explicaciones?, ¿Cómo dialogar si los colectivos y algunos militares, actuando fuera de la Constitución, atacan desconsideradamente áreas residenciales habitadas por ancianos mujeres y niños?.”
Hoy el tiempo nos da la razón. Pero aún podemos corregir el camino y continuar esta lucha que repetimos por enésima vez, NO ES VIOLENTA. Es de calle y es firme, pero es constitucional. Le pido hoy a Ramón Guillermo Aveledo, a Henry Falcón y sus amigos de Avanza Progresista, y a Omar Barboza y a los dirigentes de Un Nuevo Tiempo que lo acompañan, que es hora de reaccionar. Allí están los presos políticos a quienes debemos defender. Las víctimas a quien tenemos que honrar. El pueblo que sufre y que espera más de nosotros. Y no es “fumando la pipa de la paz” como los vamos a representar.
Lo contrario del diálogo no es la violencia. Lo contrario del diálogo es la protesta pacífica y de calle. La resistencia cívica y ghandiana. No nos cansaremos. ¡El que se cansa pierde!.
@LesterToledo