Los médicos de la clínica Mayo de Estados Unidos decidieron probar con la paciente un método algo arriesgado: inyectarle una vacuna contra el sarampión. Lo hicieron, y con una dosis tan alta capaz de inocular hasta diez millones de personas.
Según afirmó el director del proyecto de la investigación, ese arriesgado intento ha sido todo un éxito, ya que han conseguido que el cáncer se convierta en “casi no detectable”.
Hasta el momento, las únicas pruebas se habían realizado en ratones pero nunca en humanos.
Por desgracia, un paciente con una enfermedad similar a la de Stacy no ha conseguido sobrevivir con esa vacuna, ya que la dosis que se le inyectó fue mucho menor. De hecho, los médicos creen que esa es la receta para conseguir salvar a más personas.