Existen una alta presencia militar en todos los aspectos de gobierno y en la sociedad venezolana
No es con represión, cárcel y violación a los derechos humanos que cesarán las protestas
Breves antecedentes
A comienzos de la guerra fría, aparecieron en Estados Unidos los primeros planteamientos que darían forma a la Doctrina de la Seguridad Nacional. Corrían los tiempos del anticomunismo y de la posibilidad, latente o no, de ataques desde el exterior. Fue así como fue tomando forma el discurso de la guerra total y de los enemigos externos e internos.
En la latinoamérica de aquellos tiempos, muchos de los países poseían fuerzas armadas que podemos llamar tradicionales y que tenían mucho peso en sus respectivos países. Es larga la lista de países centroamericanos y suramericanos que vivieron gobiernos militares de distinta naturaleza entre los años 50 y 80 del siglo XX. Los elementos nacionalistas y anticomunistas fueron comunes en muchos de ellos y prevalecieron regímenes de corte fascista.
Los militares y la doctrina
La doctrina de Seguridad Nacional, aunque con variantes, pretende imponer unos objetivos nacionales que comprenden todos los aspectos de una Nación, es decir, los sociales, políticos, jurídicos y los económicos, por sobre todas las cosas y enemigos reales o imaginarios. Para ello, la clase dominante, en combinación con el ejército, o las Fuerzas Armadas en los casos en que mandan solas, intervienen en todos los aspectos de la vida de un país. Es decir, se ejerce el totalitarismo.
Pero en todos los casos los militares juegan un papel de primer orden, abandonando los cuarteles e interviniendo en todos los aspectos de la vida nacional, desde la administración del estado hasta la presencia constante en las calles, sin importar de qué corte ideológico es el gobierno, con la excusa de que lo que importa es la “defensa nacional”, la “sobrevivencia como Nación”, la “soberanía”, etc. ¿Les suena?
En realidad, la doctrina de Seguridad Nacional es en lo que se basaron muchas de las Fuerzas Armadas de nuestro continente para tratar de afianzarse en el poder tras llegar a él mediante golpes, usando elementos de supuesta unidad de los diferentes sectores sociales con el ejército (unión cívico-militar, ¿les suena?), y creando instancias políticas relacionadas a la seguridad nacional que, con su discurso y decisiones, apoyan la actuación de los aparatos represivos del estado.
Más antecedentes
Ha habido ejemplos de países en el continente donde, tras períodos de zozobra y de mucha conflictividad, muchas veces azuzadas por sectores sociales y políticos que han intervenido intensamente en contra del gobierno de turno, han irrumpido los militares como tabla de salvación aliados a las clases dominantes e incluso con el apoyo de algunos partidos políticos que, tras el ascenso al poder de los militares, han tenido que poner las faldas en remojo y, muchas veces, irse al exilio.
Una vez de llegar al poder y tener absoluto control de él, los militares han gobernado solos y han aplicado gobiernos férreos. Son gobiernos de ideología militar que, obviamente, aplican la doctrina de Seguridad Nacional.
Venezuela hoy
A pesar de que no podemos decir formalmente que en Venezuela existe un gobierno militar, por lo menos el clásico o tradicional, sí podemos afirmar que existen muchos elementos que hacen suponer -en realidad son claramente visibles- una alta intervención militar en todos los aspectos de gobierno y en la sociedad venezolana.
Pero también son visibles muchos de los elementos que conforman la doctrina de la Seguridad Nacional y muchas de las consecuencias de su aplicación: identificación y persecución contra “enemigos”, castigo a la disidencia, presencia de militares en todos los estamentos del estado y como elementos de represión y persuasión de la población, la seguridad del estado por encima de la de los ciudadanos, implementación de políticas de terrorismo de estado, creación de comandos para la defensa de la revolución, de la patria, por la paz, y de infinidades de instancias más conformadas por comisiones y organizaciones “cívico-militares” que generalmente son dirigidas por generales.
Existe también un evidente uso del aparato represivo que, junto al resto de los poderes, actúan en contra de los ciudadanos que disienten del gobierno, o exigen cambios y el respeto a los derechos y a las leyes.
Venezuela mañana
En manos de quienes ejercen el poder está el revertir este preocupante cuadro que afecta al país todo. Vivimos inmersos en una profunda crisis política, social y económica que, quiéralo el gobierno o no, se origina en los recientes años y se ha acentuado en la actual gestión. Las protestas continuarán mientras existan las causas que las originan. No es con represión, cárcel y violación a los derechos humanos que cesarán. No es con discursos soberanistas ni con acusaciones a viejos y nuevos enemigos, ni con anuncios de guerra o invasiones, que se logrará apagar el descontento. Más bien, todos esos recursos contribuyen a la exasperación de la gente. El gobierno parece estar aplicando la doctrina de la Seguridad Nacional, tan usada por la derecha militar del continente en el pasado. Las vueltas que da la vida.
ConflictoVeFuente: TalCual, 17 de mayo de 2014, pág 6
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