Un enorme tiburón blanco se pasea por las costas de Florida, pero lejos de causar temor, despierta curiosidad en científicos y el público, que siguen sus movimientos paso a paso gracias a un dispositivo satelital que le fue colocado hace un año.
El escualo, una hembra de 4,3 metros de longitud y una tonelada de peso, bautizada como Catalina, fue localizada por última vez la noche del lunes cerca de Cayo Largo, extremo sur de Florida (sureste de Estados Unidos), según la página web de Ocearch, grupo dedicado a rastrear a tiburones blancos para conocer más sobre estos depredadores.
En el último mes, ha nadado hacia el sur desde Georgia siguiendo la costa de Florida, y el sábado pasado llegó a estar a pocos kilómetros de Miami Beach, según muestra la información de los radares que utiliza Ocearch.
Su popularidad ha ido creciendo, tanto así que Catalina cuenta con una cuenta en Twitter, manejada por Ocearch, que tiene casi 4.000 seguidores.
“Niña incomprendida que nada tratando de procurarse unos peces”, se define Catalina en su cuenta @Shark_Katharine, en la que se dedica a responder preguntas sobre la vida de los tiburones o derribar falsas creencias.
“¿Por qué todos piensan que queremos comérnoslos? #nosondemigusto”, respondió este martes a una pregunta Catalina, que tiene su propia etiqueta en la red social: #GoKatGo.
Los investigadores pueden seguir los movimientos migratorios de Catalina cada vez que su aleta dorsal, donde Ocearch le colocó la placa de identificación en agosto de 2103, sale a la superficie. La página web es actualizada cada media hora.
“Si Catalina vuelve a Cape Cod (Massachusetts, noreste) en agosto, probablemente no está preñada. Si no regresa, entonces probablemente sí lo esté”, explicó el fundador de Ocearch, Chris Fischer, al diario Miami Herald. AFP