Investigadores británicos están llevando a cabo el mayor estudio del mundo para investigar si el uso de teléfonos móviles y otros dispositivos inalámbricos podría afectar al desarrollo cerebral en los niños.
El estudio Cognición, Adolescentes y Teléfonos Móviles, o SCAMP, se centrará en las funciones cognitivas como la memoria y la atención, que continúa desarrollándose en los adolescentes, justo a la edad en que los jóvenes empiezan a tener sus propios teléfonos.
Aunque no hay pruebas convincentes de que las ondas de radio de los teléfonos móviles afecten a la salud, hasta la fecha la mayoría de las investigaciones se han centrado en los adultos y el riesgo potencial de cáncer cerebral.
Por eso, los científicos no tienen certeza de si los cerebros en desarrollo de los jóvenes pueden ser más vulnerables que los de los adultos, en parte porque sus sistemas nerviosos están aún en desarrollo, y en parte porque probablemente tengan una mayor exposición acumulativa durante su vida.
“Las pruebas científicas disponibles hasta la fecha se centran en asegurar y no mostrar relación entre la exposición a las ondas de radiofrecuencia del uso de los teléfonos móviles y el cáncer cerebral en adultos a corto plazo, por ejemplo con menos de 10 años de uso”, dijo Paul Elliott, director del Centro para Medio Ambiente y Salud en el Imperial College de Londres, que codirigirá la investigación.
“Pero las pruebas disponibles en relación con el intenso uso a largo plazo y el uso en niños es limitado y menos claro”, añadió.
El uso de teléfonos móviles está muy extendido, y la Organización Mundial de la Salud estima que hay 4.600 millones de suscripciones en todo el mundo.
Elliott y la principal investigadora del estudio, Mireille Toledano, quieren reclutar aproximadamente a 2.500 niños de 11 y 12 años y seguir su desarrollo cognitivo durante dos años recopilando también datos de con qué frecuencia, para qué y durante cuánto tiempo emplean el móvil o el smartphone u otro dispositivo inalámbrico.
La Organización Mundial de la Salud dice que un gran número de estudios se han realizado en las dos últimas décadas para evaluar si los teléfonos móviles suponen un potencial riesgo para la salud y, hasta la fecha, no se han establecido efectos adversos.
Aún así, los campos electromagnéticos que producen los teléfonos móviles son clasificados por la Agencia Internacional para la Investigación sobre Cáncer de “posiblemente carcinogénicos para los humanos”, y dicen que es vital más investigación sobre el tema.
La actual política de salud pública de Reino Unido dice que los niños de menos de 16 años deberían usar el móvil sólo para propósitos esenciales, y que siempre que sea posible usen el manos libres o manden mensajes de texto.
Pero Toledano dijo que este consejo se dio “en ausencia de pruebas disponibles y no por que tengamos pruebas de ningún efecto perjudicial”.
“Dado que los teléfonos móviles son una tecnología nueva y generalizada para nuestras vidas, el estudio SCAMP es importante para proporcionar la base a través de la cual los padres y sus hijos puedan tomar decisiones informadas”, dijo. Reuters