A continuación, se reproduce el texto íntegro:
“El régimen desarrolla una operación exterminio destinada a liquidar a la protesta estudiantil popular. Gracias a estas movilizaciones cívicas extendidas en todo el país, Venezuela ha sido escuchada en el mundo y se han puesto en evidencia los atroces procedimientos del gobierno.
La respuesta al justo reclamo de los estudiantes ha sido la más brutal represión en la historia reciente de nuestro país. Centenares de jóvenes han sido apresados, vejados, sometidos a salvajes golpizas y a torturas, en procedimientos que ensucian de indignidad a quienes los ordenan y a quienes los ejecutan. Estos hechos están destinados a cumplir un plan trazado por los asesores cubanos y son calcados de los estalinistas procedimientos del comunismo castrista.
Durante estos meses de violencia el país ha sufrido una guerra desigual en la que delincuentes y fuerzas de seguridad, protegidos por la fiscalía y por un sistema de jueces provisionales, han hecho causa común en la comisión de masivas violaciones de los derechos humanos. Este proceso se ha dirigido con máxima intensidad a sofocar al movimiento juvenil y a destruir los campamentos de pacífica resistencia que constituyen símbolos y testimonios de su lucha.
Varias universidades han sido quemadas y saqueadas, y estudiantes menores de edad han sido blanco de la furia enfermiza de la represión. En la lista de más de cuarenta muertos, cargados a la cuenta del aparato represivo, se incluyen vidas tronchadas en la edad de la esperanza y de los sueños. Todos crímenes monstruosos en esta hora de barbarie. Han tenido ustedes, compatriotas de la MUD, la responsabilidad de dirigir la oposición en luchas electorales en las que, en difíciles circunstancias, la democracia ha resistido el intento de sofocar el espíritu libertario de nuestra nación.
Hoy hemos pasado a una etapa del combate político cuyas características son diferentes. Luego de la cuestionada elección presidencial y ante la crisis de liderazgo y de recursos materiales, la dictadura se encamina a reducir a sangre y fuego la protesta cívica y a blindar el destino de su proyecto mediante la fuerza y la falsificación del Estado de Derecho. La desenfrenada oleada represiva que hoy sufrimos y la implementación de inconstitucionales leyes totalitarias son muestras evidentes de ello.
Las confusas y contradictorias actuaciones de los distintos sectores de la oposición frente a los acontecimientos que hoy vivimos, constituyen delicados asuntos que debe encararse con realismo y prontitud. El organismo que ustedes dirigen se denomina, Mesa de la Unidad Democrática.. Por esa razón, para lograr la unidad tienen que definirse los propósitos los objetivos y las metas que permitan esa unión y deben implementarse mecanismos democráticos en la consulta y en la realización de las decisiones. Las diferencias deben ser abordadas y resueltas de inmediato. Si esto no ocurre el país tendría derecho a pensar que es más fácil sentarse a dialogar con los irreductibles adversarios, que con los amigos de la lucha opositora.
No se puede excluir cuando se pretende ser portaestandarte de la inclusión que hoy nos arrebata el socialismo totalitario. Además debe recordarse que los partidos y los grupos democráticos son especies en peligro de extinción. El proceso dictatorial necesita liquidarlos para sepultar el pluralismo y consolidar la hegemonía. Sabemos que se activan mecanismos para justificar la ilegalización de Voluntad Popular y del Foro Penal Venezolano.
No dudamos en afirmar que el mismo peligro amenaza al resto de la oposición. Ante estas realidades la Mesa de la Unidad no puede postergar su redefinición. Existen factores sociales en los que se congregan las grandes mayorías. A pesar de su heterogeneidad, estos factores tienen como meta el objetivo común de recuperar la democracia y de participar en la reconstrucción del país. Son ellos el nutriente fundamental de este poderoso movimiento de protesta que por primera vez en mucho tiempo ha logrado estremecer las bases del régimen.
Tienen por tanto estos sectores el derecho y la necesidad de participar en la conducción del destino venezolano. Sin su aporte la MUD queda reducida al espacio exclusivo de algunas organizaciones partidistas.
Finalmente queremos expresar nuestra preocupación por el rumbo que han tomado los encuentros entre la Mesa de la Unidad y el gobierno. Estos eventos solo han servido para cubrir al régimen de un manto institucional ante la comunidad internacional. Luego del debate transmitido en cadena nacional la violencia se acentúa, el gobierno niega la amnistía y realiza masivas detenciones, acompañadas de agresiones físicas contra manifestantes y pacíficos vecinos.
Los encuentros no han servido para atenuar el desastre económico y social, y en cambio se implementan nuevos controles dentro del marco ideológico del socialismo totalitario en marcha. Estas reuniones tampoco han logrado romper el silencio informativo y de opinión impuesto por la censura oficial. Por el contrario, se cierran programas radiales mientras los medios impresos, privados del papel, parecen condenados al cierre definitivo.
Todos estos hechos han conducido a la congelación de las conversaciones y a la frustración de las expectativas que algunos, de buena fe, pudieran haberse creado. A nuestro juicio es ingenuo dialogar con una dictadura que avanza hacia la destrucción definitiva de la disidencia democrática. Por estas razones afirmamos que es tarea urgente de la MUD, convocar a todos los sectores y abanderar la resistencia popular. La división de los demócratas conduce a la consolidación del totalitarismo comunista, o a una salida de fuerza cuyo signo es impredecible”.