San Cristóbal, cuna de las manifestaciones que sacudieron este año a Venezuela, elige este domingo al alcalde que sustituirá al opositor Daniel Ceballos, destituido por el gobierno acusado de rebelión por permitir las protestas.
Ceballos, ingeniero agrónomo y ex líder estudiantil en esta ciudad del oeste venezolano y fronteriza con Colombia, ganó las elecciones municipales de diciembre con un holgado 67% de los votos, pero hace más de dos meses fue condenado a un año de prisión por su supuesta responsabilidad en los protestas y el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a nuevos comicios.
Su partido Voluntad Popular, considerado el ala radical de la coalición de 32 partidos opositores que aglutina la Mesa de Unidad Democrática (MUD), espera reeditar su victoria en este feudo tradicionalmente opositor con la candidatura de la esposa de Ceballos, quien pese a su inexperiencia política se enfrentará al candidato del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Alejandro Méndez.
El caso de Ceballos es similar al del alcalde de San Diego (estado Carabobo, norte), Enzo Scarano: electo en las municipales de diciembre con 75% de los votos, fue encarcelado por las protestas y en las elecciones que se celebran este domingo para sustituirle también se presenta su esposa, Rosa de Scarano.
“La (opositora) MUD jugó muy bien al mostrarse irreductiblemente unida en sus postulaciones (…) Es muy posible que el gran caudal de votantes se vaya a las candidatas de la Unidad”, dijo a la AFP la analista electoral Carmen Beatriz Fernández, autora del libro “¿Cómo ganar una elección?”
Otros analistas consultados por la AFP opinan que estos comicios de ninguna manera pueden interpretarse como un termómetro nacional del apoyo de los electores al chavismo o a la oposición.
– Campaña atípica –
San Cristóbal es la ciudad donde se originaron las protestas en Venezuela contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Desde el 4 de febrero los estudiantes y la oposición más radical de esta urbe de 260.000 habitantes iniciaron manifestaciones callejeras protestando por la inseguridad.
Esos disturbios se extendieron a otras ciudades del país no sólo por la criminalidad, sino también en reclamo por la inflación anual de 60% y el desabastecimiento, que obliga a los venezolanos a hacer largas filas para ver si con suerte logran conseguir papel higiénico, leche o café, entre otros productos básicos desaparecidos de los anaqueles.
Las grandes barricadas levantadas con neveras, barreras metálicas, camas, colchones, troncos y hasta lavadoras que se vieron al inicio de las protestas en el estado fronterizo de Táchira, fueron barridas tras la militarización de sus calles a finales de febrero.
Sin embargo, a tres días de la elección, las manifestaciones en San Cristóbal continúan con menor intensidad y acompañan una contienda electoral considerada como “atípica” y de “muy bajo perfil”, que apenas ha hecho ruido en algunas barriadas y medios de comunicación.
Para Carlos Casanova, analista político y ex diputado de este estado, ni Patricia de Ceballos ni el oficialista Alejandro Méndez han logrado “prender la campaña”, pero asegura que aunque hubiese una alta abstención la tendencia es “clara”.
“Aunque la abstención llegara a su mayor punto seguiría sin afectar la candidatura de la oposición porque estamos en una ciudad opositora al 100%”, explica a la AFP el también profesor titular de la Universidad de Los Andes, quien asegura que la débil propaganda del oficialismo ha lastrado sus opciones en esta elección.
La destitución y encarcelamiento de Ceballos hace creer a Casanova que el voto de quienes se oponen al gobierno tiene una connotación de “responsabilidad personal” a favor de los estudiantes y contra la gestión socialista de Nicolás Maduro. “La oposición siente que tiene una misión: salir a protestar votando”, concluye. AFP