En el viejo continente, tuvieron lugar las parlamentarias comunitarias. La crisis financiera que golpeó al mundo desarrollado con contundencia, no perdonó a los partidos gobernantes en Europa, reduciendo, unos más que otros, su poder. Merkel y Rajoy ganan pero disminuidos. A Renzi, le fue bien en Italia.
Se fortalece la eurofobia. Este discurso que atribuye equivocadamente todos los males recientes a la Unión cosechó sus frutos. El ultranacionalismo y la xenofobia ganan adhesiones en distintos países, sin que lleguen a ser mayoritarios. El varapalo a los socialistas franceses fue duro, y el Frente Nacional de Le Pen derrota con comodidad a todos los demás partidos y pide renuncia del gobierno socialista.
La izquierda griega gana y en España avanza también, un novísimo partido que surgió de los indignados y es amigo del chavismo, Podemos, logra 5 diputados, un tercio de los obtenidos por el PP. La primera baja: el secretario general del PSOE, Rubalcaba, dimite de su cargo. Los 2 partidos grandes británicos salen derrotados. Obtienen escaños en Dinamarca, Italia, Grecia y Hungría grupos de ultraderecha, nazis.
Los dirigentes europeos comienzan a hablar sobre cambios en la Unión y la designación del luxemburgués, Jean-Claude Juncker, como Presidente de la Comisión Europea, aun no está decidida.
En el vecindario latinoamericano, en la primera vuelta presidencial de Colombia, triunfa el candidato apadrinado por el caudillo Uribe, Oscar Zuluaga, con 29% de los votos, Santos saca 4 puntos menos. La participación alcanzó un 39%. Las “revelaciones” fueron las dos mujeres competidoras: Marta Lucía Ramírez y Clara López. Entre las dos suman más del 30% de los votos, convirtiéndose en decisivas para la segunda vuelta. De esta votación, me inclino a pensar, el grueso se irá con Santos, aunque habrá que ver la dinámica de las próximas semanas.
Las últimas noticias de Colombia es que Zuluaga, por su alianza con la señora Ramírez y un sector minoritario del Partido Conservador, ya cambió su posición dura frente a las negociaciones con las FARC.
En la convulsionada Ucrania, amenazada por el imperio del tirano Putin, triunfa fácil el millonario Poroshenko con 55% de los votos, las tensiones con Rusia siguen.
En todos estos procesos la regla de oro de la democracia ha operado. Los ciudadanos se han pronunciado de manera pacífica y de acuerdo a sus instituciones constitucionales y legales.
Aquí, en Venezuela, dos municipios, uno grande y otro pequeño, vieron ganar abrumadoramente a la oposición democrática unida, aumentando la votación de hace 6 meses, consolidando así la estrategia constitucional, electoral y pacífica de la Unidad como la correcta.
A pesar de que el autoritarismo militarista ha pisoteado el ordenamiento jurídico sin ningún pudor, cuya muestra más patente y reciente es el encarcelamiento injusto de los alcaldes Scarano y Ceballos, de nuevo el pueblo habló y ratificó su decisión soberana. De nada les valió antidemocrática maniobra a los déspotas. Por otro lado, las luchas intestinas a cuchillo que tienen lugar en el seno del chavismo se evidenciaron en el abandono en que dejaron a sus candidatos improvisados de San Cristóbal y San Diego, cuyas aspiraciones fueron barridas por los votos del pueblo.
La Unidad democrática se mantuvo y triunfó. Con ello, su estrategia se valida como vía adecuada para avanzar hacia el logro de una mayoría política indiscutible en las próximas contiendas, sin abandonar las acciones de protesta civil y pacífica contra la ejecutoria gubernamental que ha destruido la calidad de vida y el bienestar del venezolano, demoliendo la producción nacional y las instituciones. Los pavosos y descaminados extremistas recibieron otra lección popular. Afortunadamente, vuelven al redil muchos que coquetearon con la violencia, el militarismo y querían llevarnos a callejones sin salida.
Como bien dice R. G. Aveledo: unidad, visión clara, vocación de mayoría y lucha, componen la garantía del triunfo seguro.
EMILIO NOUEL V.
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