La idea se convirtió en un éxito. Las autoridades querían ofrecer a los turistas la posibilidad de experimentar cómo era la vida en el país cuando estaba bajo el control de la Unión Soviética, publica Infobae.
Para eso, eligieron un campo, lo ambientaron como un bunker soviético, compraron perros, disfraces de la KGB (la agencia de inteligencia y policía secreta de la URSS) y guionaron una historia basada en hechos reales.
El tour, llamado 1984: el drama de la supervivencia comienza en el medio del bosque, por sorpresa. Los turistas que viajan en una camioneta rumbo al campo, ubicado a 25 kilómetros de Vilna, la capital, son interceptados por miembros del Ejército Rojo.
Entonces comienzan los gritos y las requisas a punta de kalashnikov, con perros hambrientos ladrando furiosamente. Los turistas son ubicados en fila, uno al lado del otro, y luego trasladados al bunker, que se presenta como una prisión de la época.
Allí tiene lugar lo más intenso de la visita: los interrogatorios, en los que se emplean todo tipo de torturas psicológicas para descubrir a potenciales “agentes del fascismo” que se hacen pasar por turistas.
Los asistentes son obligados a hacer trabajos forzados y a saludar a la bandera soviética. Para terminar, se los ubica frente a un paredón y se simula un fusilamiento.
La experiencia dura tres horas. Para participar, deben pagar 25 euros y firmar un documento en el que se comprometen a aceptar lo que pueda pasarles durante el viaje. “En caso de desobediencia, los participantes pueden recibir castigos psicológicos o físicos”, dice el certificado.
Las cosas pueden ponerse duras durante el tour, que pretende ser lo más realista posible. Es frecuente que algunas personas se desmayen durante los interrogatorios por no soportar la presión que se ejerce sobre ellos.
Ruta Vanagaite, la productora teatral que dirige el proyecto, reconoció que llegó a despedir actores por tomarse demasiado en serio sus papeles como agentes soviéticos.
“Mi esposo odia el show. No comprende cómo puede haber gente dispuesta a pagar para ser torturada. No es para cualquiera”, admite Vanagaite.
“Pero los niños de hoy tienen que aprender que no es un asunto para reírse. Muchos no saben cómo eran las cosas. Al final del tour, los visitantes deben sentir cómo, bajo un régimen totalitario, no son nada. Tienen que darse cuenta de cuánto se progresó en los últimos 17 años”, agregó.
Lituania fue uno de los primeros países en declarar su independencia de la Unión Soviética, el 11 de marzo de 1990. Inmediatamente inició su acercamiento al mundo occidental y desde 2004 es miembro pleno de la Unión Europea.