Cada semana que transcurre hay menos trabajo en la Asamblea Nacional (AN). Nos referimos al trabajo que esta institución debe realizar, según lo establecido en la Carta Magna, como es: Legislar, debatir y controlar.
Janet Yucra M.
En cuanto a legislar, ya a mitad de año, no hay una agenda de leyes y la única normativa que estaba siendo debatida se paralizó. La Ley de Ordenación del Territorio ha sido “frenada” por el propio oficialismo, a pesar de que venían avanzando en la segunda discusión. No obstante, al llegar al artículo 49 fue paralizado el debate, porque los artículos que vienen son los más polémicos y han ocasionado reclamos, tanto de oficialistas como de opositores, por las facultades que tendría el Presidente de la República y las competencias que tendrían las comunas.
Hay otras leyes “en consulta”, pero se trata de normas menores que no tendrían ninguna repercusión, ni incidirán en la solución de los problemas del país. En cuanto a controlar, la comisión encargada de eso apenas arrancó con algunos casos, entre ellos contra el ex gobernador del Zulia, Pablo Pérez, y la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha, quien también tiene una averiguación abierta en la Comisión de Política Interior, por los hechos violentos del pasado tres de abril. En este particular, el oficialismo ya ha adelantado resultados, culpando a la rectora y a los líderes estudiantiles identificados con la Unidad.
Hasta esta fecha, las peticiones de la oposición para que ministros del gabinete sean interpelados, como en el caso del de Salud, Francisco Armada, por los problemas que hay en el sector, han sido rechazadas. Ni siquiera han comenzado la revisión de las memorias y cuentas de los despachos, cuyo contenido se ha conocido porque se filtraron a la prensa.
Acerca de los debates, en la AN solamente se discute lo que propone el Psuv y tiene que ver con temas como la lucha contra el fascismo o conmemoración de aniversarios. Para el oficialismo en el Parlamento, la escasez, la inseguridad, los cortes de electricidad y el alto costo de la vida no existen o forman parte del “golpe de Estado continuado”, que desde el Ejecutivo se empeñan en denunciar.
Lo único realmente importante para la mayoría en la AN ha sido la aprobación de créditos adicionales que ya sobrepasan los 130 millardos de bolívares. Aunque gran parte de estas erogaciones cuenta con la autorización de todas las bancadas, la Unidad se encarga de remarcar que los créditos demuestran la “improvisación” a la hora de elaborar el presupuesto, porque los recursos que el Ejecutivo pide no son para invertir, sino para pagar deudas o sufragar gastos como la importación de alimentos y otros insumos que han dejado de ser producidos en el país.
La Unidad tiene las manos atadas y se nota el desgaste, sobre todo luego del desafuero de María Corina Machado. En las últimas semanas, en las sesiones se nota la ausencia de al menos la mitad de los diputados de la MUD y solo permanecen allí los emblemáticos. Tal es el caso de los diputados por Carabobo, Vestalia Sampedro, Deyalitza Aray, Carlos Berrizbeitia, Francisco Soteldo, quienes siempre están presentes. También acuden constantemente Alfonzo Marquina, Julio Montoya, Eduardo Gómez Sigala y Édgar Zambrano, José Manuel González y Miguel Pizarro, entre otros.
Las bancadas se dedican a hacer pronunciamientos políticos por separad o denuncias sobre casos de corrupción, pero en la práctica no hay resultados, porque el Parlamento no trabaja. Desde el oficialismo dicen que sí trabajan, pero la AN solamente organiza foros sobre el uso de Twitter o la guerra de cuarta generación.
En la plenaria de ayer solo se trataron tres puntos. Se autorizó la designación de dos embajadores y fue presentado el informe de la Comisión de Contraloría sobre hechos de corrupción en la Alcaldía de Pedernales, en el estado Delta Amacuro. Destacó la designación de Alí Rodríguez Araque como embajador de Venezuela en Cuba.
Nadie quiere asesinarle
Y cuando se pensaba que nada podía salvar a esta sesión de ser una de las menos fructíferas de la historia, la diputada Blanca Eeckout planteó un debate para respaldar “al alto mando político de la revolución, por haber presentado las pruebas del magnicidio”.
José Manuel González, por la Unidad, dijo: “Presidente Maduro, nadie quiere asesinarle, lo que la gente quiere es que usted gobierne bien”. El debate sirvió para que la MUD recordara la escasez, el desempleo, la inflación y todos los problemas del país. Así las cosas, el Psuv cortó por lo sano y antes de las 6.30 p.m., la plenaria había finalizado.