Lapatilla
Las empresas de la “revolución” no tienen límite a la hora de utilizar el culto a la personalidad de Hugo Chávez. Ello le significa a los jefazos que las manejan una especie de pasaporte de “inmunidad” mientras el madurismo termina de pasar la página. Es el caso de Chocolaterías Cacao Venezuela. Es una empresa pública (de todos los venezolanos), que ellos han privatizado en su manejo y simbología (ahora es de los camaradas del Psuv). Ellos venden el cacao que producen en la chocolatera Guillermo Rivas “El Cimarron” en Caucagua estado Miranda. De estar vivo, seguro Chávez no habría permitido semejante abuso en el uso de su imagen. Si ese chocolate es bueno o malo, eso no le importa a los jefazos, lo importante es el culto. (LP)