Los diputados españoles se disponían este miércoles a dar luz verde a la abdicación del rey Juan Carlos, abriendo camino a la próxima proclamación de Felipe VI, pese a los llamamientos a un referéndum sobre monarquía o república.
Anna Cuenca/ AFP
“No estamos aquí para modificar los hechos, sino para subrayar con nuestra ley que en España contamos con una monarquía parlamentaria”, instaurada por la Constitución de 1978, aprobada por referéndum, afirmó el jefe del gobierno, el conservador Mariano Rajoy, en el inicio de un debate tramitado de urgencia.
“La forma política de Estado no está en el orden del día”, insistió.
El rey Juan Carlos, de 76 años, uno de los artífices del retorno de la democracia a España tras la dictadura franquista (1939-1975), pero con una imagen empañada en los últimos años por varios escándalos, sorprendió a todo el país al anunciar el 2 de junio su decisión de abdicar.
Su hijo, el príncipe de Asturias, de 46 años, debe ser proclamado como nuevo rey Felipe VI en una ceremonia ante diputados y senadores, el 19 de junio, sin presencia de invitados extranjeros ni ceremonia religiosa.
Sin embargo antes, las dos cámaras del parlamento deben aprobar por mayoría absoluta la ley orgánica que regule la abdicación, un hecho inédito en la actual democracia española.
El Senado tiene previsto debatir y votar el 17 de junio.
Varios grupos pequeños, como la Izquierda Plural, presentaron enmiendas al muy breve proyecto de ley presentado por el gobierno de Rajoy, para pedir un reférendum que decida si España quiere mantener la monarquía o volver a la república.
– ‘¿Y la ciudadanía qué opina?’ –
“La jefatura del Estado, un señor la va a heredar como si fuera una propiedad privada. ¿Y la ciudadanía qué opina?”, lanzó desde la tribuna el líder de Izquierda Unida, Cayo Lara, denunciando la llegada de “sangre nueva para una dinastía decrépita”.
Y recordó a los republicanos muertos en la Guerra Civil (1936-1939) o que durante el franquismo partieron al exilio en países como México, cuyo presidente, Enrique Peña Nieto, fue el último recibido esta semana por el rey Juan Carlos.
Desde el anuncio de la decisión del rey, decenas de miles de españoles salieron a las calles de todo el país, con la bandera roja, amarilla y morada de la Segunda República española (1931-1939) y gritos de “¡España, mañana, será republicana!”.
Sin embargo, las dos grandes formaciones españolas, el gubernamental Partido Popular y el opositor Partido Socialista, son partidarias de la monarquía y suman más del 80% de los escaños.
“En la ley que hoy debatimos debemos decidir sobre la abdicación y solamente sobre la abdicación”, afirmó el líder socialista Alfredo Pérez Rubalcaba.
“No vamos a votar la sucesión del rey Juan Carlos I por su hijo el príncipe de Asturias, no”, agregó, después de tener que llamar al orden a sus filas, donde algunos diputados, declarándose republicanos, pedían libertad de voto.
Rubalcaba llamó sin embargo a los legisladores a “no desperdiciar ni la oportunidad política que hoy se nos abre, ni el impulso por la llegada de un nuevo rey” para llevar a cabo una próxima reforma constitucional.
Esta debería permitir solucionar problemas como el creciente independentismo en Cataluña, gran región del noreste del país decidida a organizar el 9 de noviembre un referéndum de autodeterminación calificado de “ilegal” por el ejecutivo de Rajoy.
Los partidos nacionalistas catalanes y vascos anunciaron que se abstendrán en esta votación, ilustrando las turbulencias territoriales a las que se enfrentará Felipe VI.
Pese a haber escapado hasta ahora a la caída de popularidad de su padre y de la monarquía como institución, el nuevo rey deberá aún conquistar su legitimidad como hizo Juan Carlos al impulsar la democracia tras su coronación en 1975 y frenar un golpe de Estado militar en 1981.
Según un sondeo publicado el sábado por el diario de centro-izquierda El País, 62% de los encuestados quieren un referéndum pero, de votar, 49% eligiría la monarquía con Felipe VI y 36% la república.
Otra encuesta, publicada el domingo por el diario de centro-derecha El Mundo, mostró que 55,7% de los españoles apoya la monarquía y 72,9% piensa que Felipe será un buen rey.