El caso Leopoldo López es otra venganza basada en un discurso suyo donde no se lee nada de lo que se le acusa. El mismo Maduro, que no debería participar en esto y respetar la autonomía del Poder Judicial ya, insólitamente, lo ha condenado al llamarlo públicamente fascista de la derecha, asesino y responsable de convocar a una manifestación para desconocer, por la violencia, los resultados del último proceso electoral presidencial. Él no fue el único. Una gran mayoría pidió una auditoría completa de los votos escrutados y el oficialismo se negó. De manera que si Leopoldo está preso por eso, entonces, debería estarlo, también, 50% del país. Además, la protesta pacífica es un derecho constitucional, y así la convocó Leopoldo.
Cuando termine esta pesadilla, además del castigo que les puede imponer la ley a magistrados, jueces y médicos cómplices de los caprichos de una tiranía, se van a enfermar de la vergüenza cuando se exhiba públicamente su falta de ética y las consecuencias inhumanas que han causado sus decisiones.
Volviendo al caso de Leopoldo López, el oficialismo le ha dado por “interpretar” lo no dicho en forma acomodaticia. Se olvida de que desde hace cientos de años se ha pretendido buscarle a lo escrito o dicho por alguien diversos significados. Solo busquen la bibliografía sobre lo que Cervantes quiso decir cuando escribió Don Quijote.
Se ha dicho que el discurso de Leopoldo López llevaba mensajes subliminales que incitaban a la violencia. Seguramente el oficialismo tiene neurocientíficos que han estudiado el cerebro humano y descubierto lo que todos sus colegas internacionales no han podido establecer. Aun en el supuesto negado de que técnicas comunicacionales le mandaran al cerebro humano mensajes subliminales, los cerebros de cada receptor tendrían capacidad de veto. Es decir, si recibimos un mensaje subliminal tendríamos tiempo para aceptarlo o rechazarlo. Pero es inútil esta explicación. No existen mensajes subliminales y punto.
Simonovis y Leopoldo son presos de venganzas de algunos. No le pido a Maduro que los libere porque él no es juez ni médico. Les pido a los que ejercen esas profesiones que dejen el miedo y a actúen profesionalmente para liberar a estos dos presos y a otros que están también privados de libertad por razones que no tiene nada que ver con la honesta administración de la justicia y el ejercicio de la profesión médica.
PD: Entiéndase que no pretendo generalizar; aquí me refiero solo a ese grupito de la justicia penal que contribuye a la condena de inocentes violando principios éticos de su profesión por órdenes de “arriba”.
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