El presidente del Senado español, Pío García Escudero, descubrió hoy una placa conmemorativa en la Cueva de Miguel de Cervantes, donde se cree que el escritor se ocultó en uno de los múltiples intentos frustrados de fuga durante su cautiverio en Argel entre 1575 y 1580.
García Escudero mostró su satisfacción por poder participar en la inauguración de la inscripción, colocada en el pequeño parque donde se encuentra la cueva, un “entorno que forma parte de la historia de España y de Argelia”, como lo describió el político español.
“Me dijo en lengua que en toda la Berbería y aun en Constantinopla se habla entre cautivos y moros, que ni es morisca, ni castellana, ni de otra nación alguna, sino una mezcla de todas las lenguas, en la cual todos nos entendíamos”, se puede leer en español y árabe en la placa que mostró Escudero.
Una cita de la “Historia del cautivo” recogida en el Quijote, y mediante la cual, según indicaron a Efe fuentes de la embajada de España y del Instituto Cervantes se ha querido reflejar la importancia de la comunicación entre los distintos pueblos.
“El texto proviene del Quijote y en él hablamos de la lengua, cómo la lengua nos permite comunicarnos, sea la que sea, y establecer contactos entre los distintos pueblos”, dijo a Efe la directora del Instituto Cervantes de Argel, Raquel Romero.
Romero explicó que el objetivo de esta inauguración es dar un impulso a la cueva y “recuperar y reconvertir” la zona “en un espacio público y cultural para la ciudad y, sobre todo, para el barrio”.
La inauguración, en la que estuvo presente la alcaldesa del barrio de Beluizdad, Tehina Naima, coincidió con la celebración de varios talleres de manualidades para los niños del barrio, enmarcados en los esfuerzos por recuperar el jardín de la Cueva de Cervantes.
En 1577, Cervantes junto a otros catorce presos se ocultó en esta cueva, situada entonces en la propiedad del griego “renegado” (musulmán converso) Alcayde Afan, mientras esperaba la llegada de un barco proveniente de España que les debía servir como medio de regresar a su patria.
Sin embargo, los fugados fueron delatados y vueltos a apresar, con lo que se puso fin al segundo de los cuatro intentos frustrados de fuga que Cervantes llevó a cabo en sus cinco años de cautiverio.
En septiembre de 1575, cuando regresaba a España desde Nápoles tras luchar a las órdenes de Juan de Austria en la marina española, Cervantes había sido capturado por corsarios y llevado a Argel, donde permanecería hasta 19 de septiembre de 1580, cuando el redentor Fray Juan Gil compró su libertad con 500 monedas de oro. EFE