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A falta de dos minutos para que finalizara el encuentro, Camerún perdía por cuatro goles de diferencia, marcador que afectó visiblemente en el comportamiento de los jugadores africanos.
Lo que parecía un reclamo un poco airado por parte del lateral Assou-Ekotto al central Moukhandjo, se convirtió en una agresión. El defensa del Tottenham encaró a su compañero y le propinó un cabezazo. Si no fuese por Webó que acudió a separarlos, la escena pudo haber terminado en golpiza entre ambos.