El papa Francisco, cuyas críticas al capitalismo desbocado han propiciado que se lo acuse de marxista, dijo en una entrevista publicada el domingo que los comunistas se han apropiado de la bandera del Cristianismo.
El pontífice, de 77 años, concedió una entrevista a Il Messaggero, un diario de Roma, con motivo de la conmemoración del martirio de San Pedro y San Pablo.
El diario le preguntó por una entrada de blog en la revista británica The Economist en la que se afirmaba que parecía un leninista cuando criticaba el capitalismo y pedía una reforma económica radical.
“Sólo puedo decir que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza está en el centro de los evangelios”, dijo, citando pasajes bíblicos sobre la necesidad de ayudar a los pobres, los enfermos y los necesitados.
“Los comunistas dicen que todo esto es comunismo. Claro, veinte siglos después. Así que cuando hablan, se les puede decir: ‘Pero entonces tú eres cristiano'”, dijo, riéndose.
Desde su elección en marzo de 2013, el papa Francisco ha atacado a menudo el sistema económico mundial por su insensibilidad con los pobres y por no hacer suficiente para compartir la riqueza con los que más lo necesitan.
A principios de este mes, criticó por intolerable la riqueza acumulada mediante el lucro financiero y dijo que la especulación con materias primas era un escándalo que afectaba al acceso de los pobres a los alimentos, reseñó Reuters.
La agencia EFE destacó que el papa Francisco ha señalado que los comunistas han robado a la Iglesia Católica la causa o “la bandera de los pobres”, que a su juicio “es cristiana” puesto que se sitúa en el centro del Evangelio desde hace veinte siglos.
“Los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana (…). Los comunistas dicen que todo esto (la pobreza) es algo comunista. Sí, claro, ¿cómo no?… Pero veinte siglos después (de la escritura del Evangelio). Cuando ellos hablan nosotros podríamos decirles: ¡Pero si sois cristianos!”, dijo.
En estos términos se expresó el pontífice en una entrevista publicada hoy por el rotativo italiano “Il Messaggero”, en la que repasa temas como la política, la caída de la natalidad en Europa, el papel de la mujer en el seno de la Iglesia Católica o la explotación infantil.
El papa recordó sus años en Buenos Aires y aseguró haber sentido “dolor” cuando le advirtieron de que había niñas de 12 años que se prostituían en sus calles.
“Me informé y efectivamente era así. Me provocó dolor. Pero más me dolió ver cómo vehículos de gran cilindrada conducidos por ancianos se detenían ante las niñas para pagarlas 15 pesos que usaban para comprar residuos de droga (…). Para mi esos ancianos también son pederastas”, afirmó.
Asimismo mostró su preocupación por la caída de la natalidad en Europa, un continente que, a su juicio, parece haberse “cansado de ejercer de madre y prefiere hacer de abuela”.
“El otro día leía una estadística sobre los criterios de compra de la población a nivel mundial. A la alimentación, la vestimenta y la medicina le seguían la cosmética y los gastos para los animales”, señaló.
Dicha estadística le valió al obispo de Roma para señalar que la caída de la natalidad y el alza en la manutención de mascotas se produce porque “la relación afectiva con los animales es más fácil y mayormente programable” puesto que “no son libres”, mientras que tener un hijo es “algo complejo”.
Por otro lado, Francisco reconoció que el papel de la mujer -“la cosa más bella que Dios ha hecho”- en el seno de la Iglesia no ocupa el lugar que le corresponde aunque aseguró que actualmente la Iglesia trabaja sobre la teología de la mujer.
Bergoglio, además, volvió a señalar la decadencia actual de la política, “arruinada” por la corrupción y los escándalos económicos.
“La corrupción, desgraciadamente, es un fenómeno mundial. Hay jefes de estado encarcelados por esta cuestión. He reflexionado mucho y he llegado a la conclusión de que muchos males crecen, sobre todo, en épocas de cambio”, refirió.
Y es que, según el papa, “nos es que nos encontremos en una época de cambios”, sino en “un cambio de época” que “alimenta la decadencia moral, no solo política, sino también en el ámbito financiero o social”.
Además habló de Roma, una ciudad que desconoce.
“Yo no conozco Roma. La primera vez que he visto la Capilla Sixtina fue cuando participé en el cónclave que eligió a Benedicto XVI (2005). Ni siquiera he estado en los Museos Vaticanos. Lo cierto es que, cuando era cardenal, no venía con demasiada frecuencia”, recordó.
Sobre sus reformas en el interior de la Iglesia, como el consejo de ocho cardenales encargado de la reforma de la Curia, el papa aseguró seguir las peticiones que los purpurados realizaron durante las congregaciones generales previas al cónclave del año pasado.
“Mis decisiones son fruto de las reuniones pre-cónclave. No he hecho nada solo”, reconoció. EFE