El portero Tim Howard dio una demostración de como atajar y fue la única razón por la que Estados Unidos logró resistir este martes hasta el alargue ante Bélgica, que finalmente ganó 2-1 y se clasificó para cuartos de final del Mundial de Brasil-2014. AFP
El arquero del Everton inglés se interpuso una y otra vez a sus rivales y conjuró 16 lanzamientos de los Diablos Rojos en el partido que cerró los octavos de final, más que ningún portero desde Inglaterra-1966.
Bélgica “es un gran equipo”, dijo Howard al término del encuentro, añadiendo que “nosotros no jugamos un gran partido, pero el mérito es de Bélgica que nos aplicó una presión enorme”.
“Son un gran equipo”, reiteró Howard.
Howard advirtió ya en el primer minuto de juego -cuando le ganó con su pie derecho al delantero Divock Origi- que iba a ser un hueso duro de roer para Bélgica, en el partido jugado ante más de 50.000 espectadores en el estadio Arena Fonte Nova de Salvador (noreste).
El portero estadounidense, elegido con absoluta justicia el mejor jugador del partido por la FIFA, hizo paradas soberbias, con sus manos y también con sus pies.
“Seguro que realicé algunas atajadas muy buenas, pero el fútbol no es un deporte individual. Se juega en equipo y el nuestro es uno joven que promete mucho en el futuro”, destacó el arquero.
Una y otra vez los ataques de los Diablos Rojos fueron repelidos por Howard, el único motivo por el que Estados Unidos llegó hasta el alargue.
Fue en el tiempo extra cuando el volante Kevin de Bruyne logró acabar con la inexpugnabilidad de Howard a los 93 minutos con un tiro cruzado y esquinado desde el área mayor.
Romelu Lukaku logró batir por segunda vez a Howard a los 105 minutos y aumentó la cuenta para Bélgica, que vio como Estados Unidos descontaba a los 107 minutos por intermedio de Julian Green.
Fotos AFP