Una ola “albiceleste” inundó hoy las calles de Sao Paulo y eclipsó el rojo helvético de los pocos suizos que se podían ver en los alrededores del estadio Arena Corinthians minutos antes del choque entre Argentina y Suiza, correspondiente a los octavos de final del Mundial de fútbol 2014.
Los más de 70.000 argentinos que se encuentran en la capital paulista, la mayoría de ellos sin entrada, se encomendaron desde primera hora de la mañana a su estrella, Lionel Messi, para avanzar a cuartos y saldar una deuda pendiente desde el 86: ganar el Mundial.
Máscaras del crack de Barcelona, muñecos del “D10s” Maradona, camisetas de la selección -y muchas de clubes como Boca Juniors, River Plate y Estudiantes- invadieron el metro y un centro comercial próximo al estadio, donde muchos aficionados verán el partido ante la falta de boletos.
“Viajamos desde hace cuatro días. Disfrutamos del paisaje y de la hermandad del pueblo brasileño en todos los lugares por los que pasamos, pero sería triste no poder entrar al estadio. De todas maneras nuestro corazón, como el de millones de argentinos estará en la cancha”, contó a Efe Ezequiel Lázaro, de la ciudad de San Juan.
A pesar de que el rival de octavos es Suiza, los argentinos dejaron patente su eterna disputa con la “Canarinha” y, aunque ambas selecciones todavía no se han enfrentado dentro del campo, fuera de él la batalla dialéctica está sembrada.
“Brasil, decime qué se siente tener en casa tu papá. Te juro que aunque pasen los años nunca nos vamos a olvidar. Que el Diego te gambeteó, que Cani te vacunó, estás llorando desde Italia hasta hoy. A Messi lo vas a ver, la Copa nos va a traer, Maradona es más grande que Pelé”, entonaban los argentinos.
La canción, creada con motivo del Mundial de Brasil, se ha convertido en un segundo himno para los argentinos y en una provocación para sus vecinos, lo que ha empujado a muchos brasileños a “torcer” por el conjunto helvético en el partido de octavos.
“¿Suiza?, nooo… soy brasileña, pero en este partido voy a hacer fuerza a Suiza. Mi novio y yo somos por encima de todo muy brasileños y eso nos hace también ‘anti-argentinos’. A los ‘hermanos’ los queremos pero no en el fútbol”, comentó la publicista Heloise Armani.
El arquitecto colombiano William Molano, quien no podrá estar acompañando a su país en Fortaleza, señaló por su parte que animará hoy a Argentina en el Arena Corinthians, en la populosa zona este de Sao Paulo.
“Somos latinoamericanos y sueño con una final Argentina-Colombia, ver a (Lionel) Messi ante James (Rodríguez) es un espectáculo de fútbol que todo el mundo merece”, opinó Molano, quien viajó a Brasil en compañía de sus dos hijos adolescentes.
Según cálculos de la FIFA, unos 10.000 hinchas argentinos tienen entradas para ver el encuentro de octavos de final.
El resto de aficionados se concentrarán, principalmente, en la Fan Fest, el bohemio barrio de Vila Madalena y el sambódromo, convertido en un estacionamiento para los argentinos que no consiguieron otro tipo de hospedaje. EFE