La guerra interna comenzó el mismo sábado 8 de diciembre de 2012, a las 10:30 de la noche, justo media hora después que Hugo Chávez pronunciara su última proclama y se despidiera para siempre, no sin antes nombrar como sucesor a Nicolás Maduro.
Ese día, y a esa hora, cada uno de los 8 personajes que estaban junto a Chávez en el Palacio de Miraflores, 7 hombres y una mujer, empezaron a mover sus piezas y a montar sus equipos de trabajo para cogerse el gobierno y hacerse del poder.
Los 8 personajes que estuvieron al lado de Chávez justo en el momento en que el Comandante en Jefe se despedía de Venezuela, eran los siguientes: Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Jorge Giordani, Rafael Ramírez, Jorge Arreaza, Diego Molero, Ricardo Menéndez y Carmen Meléndez.
De los 8, hay dos que ya no están en el gabinete: Molero y Giordani. Otros dos parece que saldrán de sus cargos en las próximas horas: Arreaza y Ramírez. Los cuatro restantes están divididos en dos toletes: el ala civil de Maduro y Menéndez contra el ala militar de Diosdado y Meléndez.
Las 8 personas que acompañaron a Chávez aquel 8 de diciembre de 2012, fueron convocados a una reunión en Miraflores a las 8 de la noche. Todos los detalles que rodearon aquel evento, fueron debidamente tomados en cuenta. Si observan otra vez el vídeo, fíjense que Nicolás Maduro estuvo a la izquierda de Hugo Chávez y Diosdado Cabello a la derecha.
Hay un detalle que hoy en día, no puede pasar desapercibido para nadie: aquella noche en la que fue ungido como sucesor, al lado de Nicolás Maduro, justo al lado, se encontraba, nada más y nada menos que el hombre que acaba de desatar la tormenta: Jorge Giordani.
Dieciocho meses después de haber sido designado como sucesor por Hugo Chávez Frías, Nicolás Maduro enfrenta su más grande crisis política. La batalla la lideran los 8 jinetes que estuvieron al lado del Comandante aquel fatídico 8 de diciembre. Las flechas están saliendo de todos los rincones.
El primero en disparar fue Jorge Giordani: “resulta doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmite liderazgo (…) surge una clara sensación de vacío de poder en la Presidencia de la República”
Después disparó Héctor Navarro: “La Revolución se fortalece con la verdad, con la sinceridad, con la transparencia. Esas son cualidades de los revolucionarios”. Le siguió Ana Elisa Osorio: “Desempolven la Ley contra la Corrupción y castiguen a los corruptos, que son “los grandes traidores de la Revolución”.
Más tarde disparó Rafael Isea: “Algunos arribistas de los que hoy abundan en el gobierno (…) no se debe confundir la crítica con conspiración, ni la lealtad con sumisión”. Otra que también lanzó su flechita fue la periodista Vanessa Davies: “Quiero dejar clara y hacer pública mi solidaridad con Luis Chataing por lo que sucedió ayer en Televen. Su programa fue sacado del aire (…) suponía que podía tener una consecuencia en la responsabilidad que llevo como cabeza del ‘Correo del Orinoco’; pero yo era usuaria de su espacio, me reía mucho, muchas veces decía ‘se pasó, tampoco así’. Pero siempre parto del hecho de que si no me gusta lo apago, y no que me lo quiten. No estoy de acuerdo con eso. Yo no creo que tantos años de lucha para transformar el país sea para eso. Por eso lo defendí como periodista”.
Hasta el canciller Elías Jaua tiró su bombita: “las políticas del gobierno no siempre han sido acertadas (…) hemos cometido errores, pero para repararlos solo se puede hacer en socialismo”. Freddy Bernal no se quedó atrás: “El Gobierno ha cometido errores en la aplicación del modelo económico y no ha habido un buen manejo de las compañías que han sido intervenidas (…) Por alguna razón no supimos gerenciar adecuadamente (…) las empresas expropiadas y las llevamos al fracaso (…) Es necesario asumir la autocrítica (…) no estaría mal para el Gobierno tener asesores económicos que no solo sean chavistas, sino que también sean economistas”.
Hasta el ex candidato a la Alcaldía de Maracaibo, Miguel Angel Pérez Pirela, tiró unas piedritas: “Cometeríamos nosotros un craso error si nos sentamos y nos eternizamos en hablar mal de Giordani. Es decir, si hacemos ataques ad-hominen (al mensajero) y no analizamos y hacemos hermenéutica exhaustiva, es decir, interpretación exhaustiva de lo que está allí escrito, desechando las injusticias y los subjetivismos pero tratando de escuchar y hacer autocriticas y hacer cambios de lo que haya que hacer cambios”.
Es evidente que dentro del gobierno hay es una guerra a muerte por el poder. Diosdado y Maduro, los jefes de los dos bandos en conflicto, están moviendo sus piezas. Vaticino que la próxima batalla se dará en el terreno de Diosdado, es decir, en el Ministerio de la defensa. Los días de Carmen Meléndez como ministra, están contados. Maduro intentará nombrar a un ministro que le rinda cuentas a él y no a Diosdado.
La batalla de los 8 jinetes que acompañaron a Chávez en su última proclama continuará.